¿Por qué los mensajes que terminan con un punto son más agresivos?

Los mensajes de texto pueden tener distintas dimensiones según el lenguaje que se use, al igual que sucede con la comunicación verbal.

Uno de los ejemplos más evidentes, es el uso de los emojis repetidos o el exceso de los signos de admiración e interrogación para demostrar una emoción intensa. El uso de los “jajaja” para establecer un vínculo cercano, incluso aunque no te estés riendo.

Es por ello, que el uso del punto (.) puede resultar atemorizante para algunos, o demasiado intenso para otros cuando en realidad es sólo un signo de puntuación. La discusión sobre si este debería o no usarse va más allá de la ciencia, algunos dicen que no debería usarse, ya que puede denotar un enojo o comportamiento agresivo.

La Dra. Lauren Fonteyn, de la Universidad Leiden en Países Bajos, explica que para los jóvenes, el uso de este signo se manifiesta como agresivo debido a la forma en la que nos hemos acostumbrado a comunicarnos en redes sociales.

En un estudio realizado por la lingüista Naomi Baron en el año 2017, explica que aunque las personas si usan los puntos para separar oraciones no existe un punto final, lo que deja la conversación abierta. Así se establece que el uso del punto estaría “cortando la conversación” o al menos crea esa perspectiva.

Encontró que el 30% de los mensajes tenían punto final, pero eso fue en el 2007. Este número ha decaído considerablemente en la actualidad.

También en el 2015 el profesor David Crystal, experto en lenguaje, lanzó un libro llamado Making a Point, donde afirma que el punto se ha convertido en un marcador emocional. Ya no sirve para terminar la frase, sino para “hacer un punto”.

Este fenómeno se puede usar como una consecuencia de un diseño web, ya que cuando enviamos un mensaje se crea una separación automática sin necesidad de usar un punto. Es por ello que muchos recurren a su uso para denotar un enojo, ya que es una adición extra.

John J. Gumperz, otro lingüista, señala que el fenómeno del cambio de código depende del contexto de la situación. Es decir, compara la forma en la que hablamos normalmente y el tono, por ejemplo, que usas en una línea de trabajo, con una línea que puede tener distintos tonos usando signos de puntuación.