Por eso es importante elegir concienzudamente a los legisladores
De toda la clase política del país, son los legisladores, llámense diputados (locales o federales) así como los senadores, quienes más mala reputación suelen tener debido a los múltiples escándalos de corrupción y prepotencia en los que se ven envueltos sin importar el sexo o el partido al que pertenezcan.
Como es el del conocimiento general, en México el Poder Legislativo federal, que se deposita en el Congreso de la Unión, se compone de dos cámaras: la de Diputados, que tiene 500 integrantes, y la de Senadores, con 128. Estas personas tienen grandes responsabilidades para el desarrollo del país como lo es la toma de decisiones en cuanto al manejo del presupuesto, que, en teoría, es de todos los habitantes del territorio nacional.
Por lo tanto, resulta absurdo, por ejemplo, que legisladores federales, ya sea diputados o senadores, pregonen que gracias a su gestión se aprobaron recursos para una obra determinada ya que da la casualidad de que ¡ese es su trabajo! Y, por lo tanto, su obligación. El ciudadano no tiene deuda alguna con ellos ni tiene por qué agradecerles ya que justo para eso se les pagan cientos de miles de pesos al año, así como sus jugosas prestaciones y otros ingresos que por lo general tienen.
Además, siempre han existido los legisladores "aviadores", esos que rara vez van a las sesiones o a sus oficinas pero sí reciben su sueldo puntualmente y presumen sus "logros" cuando regresan a su lugar de origen. Esa es una mala práctica que ha sido difícil de erradicar.
En el pasado proceso electoral el llamado efecto AMLO hizo que ganaran los candidatos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) casi en automático. Algunos eran totalmente desconocidos y ni siquiera se esmeraron en hacer campaña pues no pensaban que tuvieran alguna oportunidad. Hasta ellos mismos se sorprendieron cuando les avisaron de su triunfo. Se ganaron la lotería y se han dedicado a disfrutar del premio pero con resultados muy pobres en su trabajo, limitándose a obedecer órdenes, a actuar en bloque para disfrutar las mieles del poder.
Con la noticia de la decisión de desaparecer fideicomisos enfocados a la ciencia, tecnología, arte, cultura y hasta para la atención de desastres naturales entre otros, el foco se centra una vez más en el Congreso de la Unión con una molestia y preocupación entre los diferentes sectores de la sociedad. Justo en estos momentos se reflexiona sobre la importancia que tienen los legisladores federales y el peso de sus acciones. Es por eso que elegir a los integrantes del Poder Legislativo debe tomarse con bastante seriedad y a conciencia.
Por supuesto, también es preciso que la ciudadanía en general se involucre más en fiscalizar el trabajo de sus representantes, que les exijan una verdadera rendición de cuentas, que sepan que no se les firmó un cheque en blanco para hacer y deshacer a su antojo. Esto último es urgente.
PUNTO Y APARTE.- De acuerdo a lo informado por el INEGI, durante 2019 en el país se registraron 160 mil 107 divorcios; 14 mil 402 fueron resueltos por la vía administrativa y 145 mil 705 por la judicial. La tasa de divorcios a nivel nacional es del 18.4 por ciento y Durango está por debajo, con 16.2 por ciento.
En contraparte, a nivel nacional se registraron 504 mil 923 matrimonios, con lo que se obtiene una tasa nacional de 5.8 matrimonios por cada mil habitantes mayores de 17 años. En 2010 la tasa fue de 7.7.
Un dato que llama la atención es que en el citado año se tiene el registro de 66 matrimonios en donde al menos uno de los contrayentes era menor de edad; 11 de estas bodas ocurrieron en Durango.
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