Adrenalina y aventura en la Ruta Durango-Mazatlán

Lo que comenzó con un sueño de Walter Bishop y Maria Pizarro, 11 años después se ve consolidado como una de las rutas mas importantes de México para vehículos ATV, UTV, SSV y Motos Enduro.

La onceava edición de la Ruta Durango-Mazatlán fue diferente, ya que ahora se realizó en septiembre y no en junio como era habitual. Además que la imagen cambió, misma que fue bien recibida por los participantes.

Fueron dos días de intensa actividad, misma que comenzó en la capital duranguense. Cada uno de los pilotos comenzaron su travesía por la Sierra Madre Occidental con buena vibra, misma que creció al pasar por Garabitos, Salvador Allende, Banderas del Águila, Coyotes, El Salto, Las Adjuntas y llegar a Mexiquillo, en donde disfrutaron de la cena tipo bufete y pernoctaron para recargar energías.

Para el segundo día la jornada sería maratónica ya que el trazado los llevó por parajes hermosos pero retirados.

De Mexiquillo salieron rumbo a Borboyones y pasar por el famoso "Espinasito", una cordillera a mas de 2 mil metros sobre el nivel del mar y con voladeros a los costados de mas de 200 metros de profundidad.

Al momento de llegar al poblado Huizar los pilotos no podían creer lo que la majestuosidad de la sierra duranguense les mostraba. De ahí partieron a la Mesa de Negros para pasar por abajo del Espinazo del Diablo y salir a la carretera libre a Mazatlán.

El poblado Los Ángeles fue la puerta a un descenso impresionante hasta llegar al Río Presidios, que su caudal, por las lluvias recientes, representó un reto para los pilotos, quienes dieron muestra de su unión y hermandad al ayudarse para cruzarlo.

Pero Río Presidios solo indicaría que aun faltaba el ascenso técnico pasando por los poblados de El Placer y La Noria, antes de llegar a Mazatlán.

Aunque se registraron algunos percances leves y sustos, el saldo fue blanco y los participantes cumplieron con dos días de adrenalina y aventura, además de motivarse al 100 por ciento para la doceava ruta, en el 2021.