La desaparición del programa Federal Prospera, que dio pie a la creación del proyecto de becas Benito Juárez, ha creado un limbo en la detección temprana de padecimientos como cáncer infantil.
Prospera tenía como objetivo incidir en al menos tres factores que presenta la población que vive en condiciones de pobreza extrema: deficiencias nutricionales, problemas de salud y educación.
En lo que respecta a la detección de problemas de salud, los beneficiarios estaban obligados a acudir de manera periódica a realizarse chequeos médicos lo que permitía detectar enfermedades de forma temprana, entre las que se incluye el cáncer en menores de edad.
Irasema Kondo Padilla, presidenta del Patronato del Centro Estatal de Cancerología, explicó que se desconoce si ahora las familias acuden con la misma regularidad a sus citas médicas.
"Estamos a la expectativa de qué va a pasar, sí, la Secretaría de Salud sigue capacitando, siguen dando las pláticas los médicos pero ya no existe la obligatoriedad para las personas de acudir (...) la verdad es que apenas vamos a empezar a ver las consecuencias", señaló.
En la actualidad, el Centro Estatal de Cancerología atiende alrededor de 40 menores diagnosticados con leucemia que es uno de los padecimientos más recurrentes.
Kondo Padilla destacó que de este número al menos 11 son pacientes diagnosticados durante el 2020, lo que representa un número similar al detectado durante el año anterior.
Ahora el reto será detectar los síntomas en las etapas tempranas de la enfermedad.