Palabra de honor

El honor, es una palabra hoy en día en desuso, me sorprende la forma tan fácil y natural con las que algunas personas asumen sus promesas, como si la vida fuera un juego en el que puedes prometer cualquier cosa, sin saber si quiera si estas en condiciones de afrontarla en el futuro.

Algunos dicen que todo es relativo, pero yo creo que con respecto al honor no hay nada relativo, la honorabilidad es como estar embarazada, no puedes estar medio embarazada, o eres una persona honorable o no lo eres punto.

Para algunos las palabras podrían ser triviales (total, en muchas ocasiones nadie te obliga a cumplir nada) pero para otros son importantes, a veces la palabra tiene más fuerza que cualquier papel que hayas firmado, no puedes andar empeñando por todos lados sin cumplir ya que pierdes tu credibilidad.

Hay personas que creen que la palabra no tiene valor alguno, no se comprometen en acuerdos, ni términos, en su mapa mental eso no es nada, para ellos la palabra no tiene ningún peso, les da igual, lo minimizan, lo simplifican y les parece absolutamente normal actuar de esa forma.

Lo cierto es, que cada uno de nosotros tiene una forma de mirar la vida en función de todo lo vivido, de sus experiencias, entonces, así cada uno tendría que definir su significado.

Respeto, orden, honor, confianza, tristemente no puedes hacer nada con los de afuera, para cada uno tiene un significado distinto, para el otro, sus formas son sus formas. Lo que sí creo, es que, no hay nada como poderte mirarte al espejo y decirte: "no le debo nada a nadie, estoy en paz con el mundo y conmigo", entonces puedo decir, "respeto tus formas, igual y no las entienda, igual y no las acepte, pero las asumo y entonces dependerá de mi si yo vuelvo a creer en tu palabra", entonces solo entonces, cumplimos con el honor propio y con el respeto que el otro me está mereciendo.

Cuando das tu palabra de honor, es un valor desde adentro, te hace sentir congruente contigo, es como una brújula que ante el acto correcto te hace decir Sí.

No importa que lo que prometan sea algo trivial o algo muy importante, el compromiso de decir que harás o darás algo debería ser suficiente para que te hagas cargo de ello.

Hay que honrar la promesa, nuestra palabra es un bien con valor, nuestra palabra y nuestros actos nos acaban definiendo como personas a largo plazo. Si podemos ser de confianza como para que nuestra palabra sea suficientemente valida, cualquiera que nos conozca tomará nuestra promesa como una garantía de VERDAD.

Y si aterrizo, voy a ver dos cosas: quiero una persona en la que ya no tengo confianza o voy a apostar por la relación, pero para eso voy a tener que hacer borrón y cuenta nueva. (yo diría si tú tienes total confianza adelante, es muy difícil cuando se rompe el pilar de la confianza).

Yo digo: ¿qué sentido tiene estar en una relación donde ya no hay confianza para mantenerla? y esto pasa en la pareja, con hijos, los socios etc., hay confianza o no para continuar ese es el punto.

No puedes confiar en alguien que sientes que te está mintiendo, una persona se agota cuando estamos llenos de promesas incumplidas y cuando la volvemos a atar a una nueva promesa.

La moral global está en crisis, ya no se practican los valores, te quejas de todo lo que no está bien, pero la pregunta es ¿tú que estás haciendo? valores si hay, pero no se están practicando, andamos un poco confundidos.

En cuanto a promesas más vale pocas y verdaderas que muchas y falsas. Mejor piénsalo la próxima vez que estés tentado a prometer. ¿Acaso estas dispuesto a cumplir esta promesa pase lo que pase? Yo en verdad lucho para no volverme escéptica de las promesas, pues la experiencia de los años me ha enseñado que gran parte no se cumple o se cumple a medias.