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2 de Octubre del 68

FCO. JAVIER GUERRERO GÓMEZ

Allí entre las losas, apiladas como si fueran esperanzas rotas, con la sangre coagulada con la tierra, esa tierra que costó la sangre, juego de palabras, en palabras mudas, ideales atados por las costras de los cascos verdes, mariposas trapazadas para el álbum de la historia,

Cómo vamos a olvidar ese día, de cúmulos de estudiantes muertos. Metálicas moscas buscaban continuar la vida recogían el último suspiro, cuando la existencia se trasforma, al fin materia. Luto en la plaza de las tres culturas. Después serán vueltas sin destino vano intento de reproducir maravillas.

Millares de rezos rodaran las casas de los asesinados. Esa carne joven barrenadas por las balas, invierte los gritos por la igualdad y muchas veces por algo que no tiene salida, que se aprieta en la impotencia de unos labios. Quisieron ser y hoy tan solo son sangre derramada.

Felices hermanos, aprendieron sacar la razón del pensamiento. El pensamiento duele como como dijo Othón cuando se derrama, reclama, cuando duda, y se lamenta de seguir siendo joven y humillado. ¿Cómo cubrir con sangre las ideas?

Detrás de los estudiantes de ese 68, difamados por hierros infectos y por balas. Quedan otras manos, otros ojos que siguen viendo que todo debe tener un punto de equilibrio.

Nadie diga otra arenga o un responso, ellos están asqueados de palabras, aunque sus corazones ya no laten, quieren sus hechos cambiar las situaciones, ver la igualdad en lazos fraternales, el derecho a decir el credo del ser vivo...

Ellos, los que callan, aun estando muertos llevan la antorcha del que inicia, la espiga de la idea triunfal de la cosecha que levantará la hora del derecho.

2 de octubre de 1968, ¿Seguirá latiendo en la conciencia de los asesinos?

Escrito en: LETRAS DURANGUEÑAS sangre, estudiantes, joven, palabras,

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