Proteínas en polvo

Eisten distintos tipos de proteínas en polvo a partir de una amplia variedad de fuentes. Las hay de origen animal: caseína, suero de leche, clara de huevo y carne; y de origen vegetal: soya, chícharo, cáñamo (hemp), lenteja, alfalfa, quinoa, etc. Asimismo hay mezclas entre ellas, de rápida o lenta dispersión, de mejor digestibilidad, sin lactosa, orgánicas, con y sin sabor, en fin... el mundo de las proteínas en polvo es interminable.

La más popular, utilizada y estudiada es la proteína de suero de leche, también conocida -por su nombre en inglés- como "whey protein".

La leche tiene dos tipos de proteína, caseína (80%) y suero de leche (20%). Lo que venden en las tiendas de suplementos es este 20% que se aísla, hidroliza o se rompe parcialmente para que pueda digerirse fácilmente.

Se tiene la errónea idea de que solo son para deportistas y no es así. Si bien son usadas por personas que se ejercitan pues ellos requieren un poco más de proteínas por el proceso de descomposición, reparación y desarrollo muscular, también pueden ser utilizadas por adultos mayores que pierden el apetito o no tienen una sana dentadura que les permita masticar; por personas que por alguna condición clínica requieran una mayor ingesta de proteínas (por ejemplo, personas con VIH o que sufrieron un accidente por quemaduras graves), o simplemente por personas sanas que desean dar variedad e incluir distintas fuentes de este nutrimento.

BENEFICIOS DEL SUERO DE LECHE

1. Es una de las proteínas de mejor calidad ya que contienen todos los aminoácidos que el cuerpo necesita.

2. Contribuye en la pérdida de peso cuando se incluye dentro de una dieta correcta y actividad física regular.

3. Favorece la ganancia de músculo cuando se combina con ejercicios de resistencia.

4. Puede ayudar a reducir la inflamación.

N 5. Es versátil y práctica.

Desafortunadamente la mayoría de los polvos contienen otro tipo de sustancias que -en el mejor de los casos- funcionan para manipular el sabor y las propiedades organolépticas (olor, sabor, color), uno de los más comunes son los endulzantes artificiales, los cuales se vinculan con diabetes tipo 2, resistencia a la insulina, obesidad y ciertos tipos de cáncer.