Desconfianza
Históricamente la relación de Estados Unidos con México y América Latina ha sido la vigilar la situación política y económica del continente y sólo si existen condiciones que ponen en riesgo los intereses norteamericanos en la región, intervenir en diferentes grados, desde bloqueos económicos hasta intervenciones militares, para imponer el status quo conveniente a sus intereses en la región.
La detención del que fue Secretario de la Defensa durante el sexenio inmediato anterior, sin poner sobre aviso al gobierno federal acerca de su inminente captura y las pruebas en su contra, ponen al descubierto la desconfianza que priva entre las diferentes agencias norteamericanas hacia las instituciones de nuestro país. La confianza institucional que presume el Presidente de la República a partir de su relación personal con el Presidente Trump no existe en otras esferas de poder en los Estados Unidos.
Independientemente de la presunción de inocencia que debe de prevalecer hasta que cualquier detenido es sentenciado, es revelador que la evidencia que presentaron los fiscales fue considerada suficiente para que las autoridades judiciales de los Estados Unidos ordenaran la detención de un ex secretario de la Defensa Nacional, que además fue condecorado por su pares en ese país.
El contexto en que se dio la detención y sus implicaciones para la relación bilateral todavía no pueden determinarse en toda su dimensión, sin embargo, es claro que el mensaje que envía una detención de tan alto nivel es que las autoridades judiciales estadounidenses tienen serias dudas acerca de la integridad de las fuerzas armadas de nuestro país, lo cual es particularmente grave en un contexto en que el Presidente de la República encomienda cada vez más tareas al ejército y la marina.
Si la detención de un ex funcionario de tan alto nivel muestra el grado de desconfianza que existe entre los fiscales que la ordenaron, el resultado de la elección de noviembre, cuando los norteamericanos elijan a su próximo presidente, puede ser particularmente complicado para el gobierno mexicano, ya que hasta este momento las encuestas dan como ganador a Joe Biden, y considerando que hasta ahora el Presidente mexicano ha asumido una postura de apoyo implícito al Presidente Trump, si el candidato demócrata resulta ganador esta actitud necesariamente habrá de pasar factura a la relación bilateral.
Considerando lo anterior, lamentablemente el panorama de la relación bilateral a corto y mediano plazo no luce especialmente halagüeño para la segunda mitad del periodo del Presidente López Obrador.
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