El PRI a pesar de Morena y los Moreira
En medio de una pandemia los estados de Coahuila e Hidalgo fueron a unas elecciones locales atípicas, mismas que contemplaron una participación en las urnas de alrededor de 4.44 millones de ciudadanos, para renovar 109 cargos públicos luego de siete meses de aplazamiento a causa del Covid-19.
Indistintamente a las lecturas de analistas afines al 'cuatroteismo', el resultado de las elecciones en ambas entidades la semana pasada, sin duda, fue un golpe certero para el Movimiento de Regeneración Nacional y su baluarte, el presidente López obrador, quien con su actitud y ahora con estos resultados, difumina su figura como garante de cualquier triunfo electoral venidero.
La victoria del Partido Revolucionario Institucional en aquellos estados del país, cuando menos en lo mediático, le han brindado de entrada nuevos bríos como un partido político de oposición que conserva y recupera espacios, muy a pesar de los gravísimos casos de corrupción que lo han envuelto en el pasado, y eso sí que es de lamentarse.
En Coahuila el caso de la megadeuda heredada por Humberto Moreira a su hermano Rubén, ambos exgobernadores priistas de aquella entidad que le fue endosada al actual mandatario, Miguel Riquelme Solís, no alcanzó a ser factor de peso para que el tricolor no lograra enaceitar la vieja maquinaria que todavía conserva.
Tan es así que otro integrante de la dinastía Moreira, Álvaro, hermano de Humberto y Rubén, pudo participar sin problemas como candidato del Revolucionario Institucional a la diputación por el distrito 16 de Saltillo, donde ganó sin dificultades y por un amplio margen de votos.
Si bien Morena podría adjudicarse un logro al pasar de un tercero al segundo lugar en Coahuila como fuerza política, el carro completo que obtuvo el Partido Revolucionario Institucional arrolló también el optimismo triunfalista del morenismo local, el que había puesto muy altas las expectativas confiando en la sola marca y la imagen presidencial de López Obrador.
En Hidalgo, aunque los resultados no fueron tan contundentes, también colocaron al tricolor en un conveniente primer lugar al lograr obtener 32 de los 84 municipios en juego. Morena, por su parte, consiguió la victoria en solo seis ayuntamientos. En 2018, AMLO había conseguido el 52 por ciento de la votación. Sin duda, fue otro gran revés.
La importancia de las estructuras y saberlas manejar sigue siendo el fuerte del PRI, cuando menos donde todavía mantienen el poder. Parece que el trabajo en tierra sigue estando muy por encima de las "benditas redes sociales" y la conferencia de prensa matutina, además que Morena no ha sabido construir los andamiajes territoriales en las entidades, y ni siquiera entiende su funcionamiento.
Mientras tanto, en Morena pasa desapercibido el que los electores están inclinando su intención del voto influenciados por temas inmediatos, como los errores cometidos por AMLO o la interminable pugna interna por el control del partido. A fin de cuentas, la derrota caló hondo en Palacio Nacional, desde donde una supuesta cuarta transformación que tiene como estandarte principal el combate a la corrupción fue derrotada por un partido corrupto.
EN LA BALANZA.- Y el gran perdedor en las elecciones del pasado domingo, indiscutiblemente que es el Partido Acción Nacional. Al pasar de segunda a la tercera fuerza política, el PAN deberá replantearse de cara a la contienda del 2021 si es que pretende salir bien librado, pues si bien ninguna elección suele ser igual, desde una tercera posición sí se complica más aspirar a una mayoría de los lugares en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
CERROS SECOS Y PELONES... ¡Boda Covid en Torreón, Coahuila! Una gran fiesta con alrededor de 700 invitados se celebró en una zona residencial muy 'nice' de aquella ciudad lagunera, la que hasta hace un par de días, como saldo, había arrojado de 90 a 100 contagios de coronavirus ya confirmados por las autoridades de Salud, en el vecino estado. La pandemia ha desbordado en las últimas semanas en Coahuila y Durango, no se diga en la Comarca Lagunera. ¡Seguimos sin entender!
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