El poder nacional, herramienta creativa de la seguridad nacional

El poder nacional es la capacidad política, económica, social, tecnológico y militar que tiene, mantiene y procura fortalecer al Estado para su supervivencia, convivencia y bienestar.

Es la suma de los recursos y medios de toda índole que dispone un Estado, cuyo empleo es determinado por la "voluntad nacional" de una sociedad organizada.

El consenso -voluntad nacional-, respecto a cómo y cuándo se deben utilizar las capacidades del Estado, se da con facilidad si son amenazas explícitas como la guerra, cuando refieren temas de percepción, requieren de la concertación y conciliación para determinar su empleo.

En la seguridad nacional de Mexico, se pugna por el humanismo, donde el individuo es el origen y fin de su actuar, donde la supervivencia del Estado es la razón primaria y permanente de su existencia, privilegiando el bienestar del pueblo, entendido este como la suma de los individuos que residen en su territorio; así como la convivencia sana y tranquila entre estos y los que habitan en los pueblos de nuestro entorno geográfico.

Para la identificación y administración de las capacidades del Estado, con criterio estructural, se clasifican en campos o áreas:

El campo político implica su connotación como el arte de gobernar con principios éticos y valores morales; como la ciencia de administrar mediante la planeación, programación, presupuestación, control y seguimiento de los recursos, medios, modos y formas que nos permitan alcanzar y mantener el bien común, en condiciones de paz y tranquilidad; involucra una cultura política, con participación electoral en lo federal y local, abstencionismo, rendición de cuentas y eficiencia gubernamental; ideología política: con libertades civiles y derechos políticos; grupos disidentes como terrorismo y delincuencia total; situación geopolítica atendiendo política global y regional; instituciones políticas con ordenamientos jurídicos que regulen la calidad del Gobierno y la armonía entre estados; el régimen político, relaciones entre componentes y mantener la estabilidad política, "gobernabilidad".

El campo social, que incluye los aspectos relacionados con la población, como su desarrollo: esperanza de vida y alfabetización; lo demográfico: población total, tasa anual de crecimiento y de fecundidad; la cultura y educación: porcentaje del PIB y porcentaje del gasto público; lo relacionado al medio ambiente; la salud que implica el acceso a medicinas y médicos por cada 100 mil habitantes; las instituciones sociales: vinculadas al trabajo, empleo y subempleo, derechos sindicales y huelga, a la asistencia social como el régimen jubilatorio y la readaptación social.

El campo economico atiende lo concerniente a los recursos humanos acorde a su capacidad para generar capital: PIB e ingreso per cápita; los recursos como la inversión extranjera directa y la tasa de inflación; y la Administración Pública, que atiende las exportaciones e importaciones.

La finalidad del campo económico es generar riqueza y distribuirla equitativamente; actualmente, el discurso y las acciones que se conocen conducen a la reducción de la riqueza de los particulares y su distribución atiende a un clientelismo que durante muchos años ha visto impedida su movilidad social, al mantenerlos como receptores y no generadores.

El campo tecnológico del poder nacional dispone de instituciones para la creación de tecnología, que llevan el control de patentes otorgadas y gastos para la investigación y desarrollo; la difusión de innovaciones recientes como usuarios de internet y exportaciones tecnológicas; la difusión de antiguas innovaciones como líneas telefónicas y consumo de energías; y la promoción de conocimientos especializados mediante la formación de científicos, ingenieros en investigación y desarrollo, estudiantes terciarios, ciencias matemáticas e ingeniería.

Esta área ha sido golpeada públicamente y fracturada provocando un deterioro en las capacidades tecnológicas del poder nacional.

El componente militar del poder nacional contempla los recursos humanos como efectivos que se distribuyen por fuerza armada; reconoce el territorio nacional y su situación geográfica con criterios militares; constituyendo instituciones militares, con una estructura militar que incluye porcentaje del PIB como gasto, material y equipo diverso; su fin es garantizar la defensa exterior y la seguridad interior, esta última con diversas actividades reglamentadas legalmente.

El poder, como herramienta creativa de la seguridad nacional, construye y edifica; el humanismo mexicano está vinculado a la cimentación, evolución y desarrollo del ser humano y su entorno; el supuesto natural es que cuando surge la tentación de destruir, nunca se podrá contar con el consenso "voluntad nacional"; porque inevitablemente reduce la capacidad para crear.

Si nos fijamos con detenimiento en los rubros e indicadores mencionados en cada campo, la información disponible nos manifiesta resultados poco favorables, además de que no se observa ni percibe un manejo estructural y organizado que atienda eficiente y eficazmente la problemática para mantener o fortalecer las capacidades nacionales. Nos revela un decaimiento en la mayoría de ellas.

La voluntad nacional tampoco se manifiesta como tal, porque la sociedad mexicana está sometida a un careo constante que polariza; hay una búsqueda y persecución reiterada de imaginarios adversarios, que hace perder el concepto de afinidad, alejándonos cada vez más del anhelado común denominador social para alcanzar una identidad nacional.

¿Estamos "perdiendo intencionalmente como Estado" la capacidad para crear en lo político, económico, social, militar y tecnológico?