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El menos común de los sentidos

El arte de mentir, nueva forma de gobernar

El menos común de los sentidos

EDUARDO RODRÍGUEZ

La mentira tiene un papel protagónico en la narrativa política. Cuando una persona comienza a sentirse atraído por el quehacer público nunca falta alguien que sugiere leer "El Príncipe" de Maquiavelo, un texto que nos ilustra sobre cómo ser un buen gobernante y que recomienda en todo momento hablar con falsedades y medias verdades a los ciudadanos.

Sin embargo, vale la pena preguntarse, ¿qué tan conveniente es ocultarle la verdad al pueblo? ¿Es correcto engañar a la gente sólo para no perder el poder? Desafortunadamente, en este momento ya no somos únicamente victimas del discurso político y su falsedad, de lo engañosas que pueden llegar a ser las promesas de campaña o el origen de los recursos para la promoción de los candidatos en cada elección. Actualmente lidiamos con un problema aún más complicado: la posverdad.

La posverdad y las "fakenews" son una amenaza que al igual que el Covid-19 se han convertido en una verdadera pandemia de la comunicación política, pretenden poner la percepción por encima de la realidad y eso es sumamente peligroso, no solo para la democracia, sino para la participación ciudadana y el equilibrio entre los poderes del Estado porque lo único que pretende es poner en tela de juicio aquello a lo que hace alusión el nombre que lleva esta columna: el sentido común.

Según Jonathan Swift, existen tres tipos de falsedades políticas: la mentira calumniosa, que busca disminuir los méritos del político; la mentira por aumento, que infla estos mismos logros a pesar de sus deficiencias; y la mentira por traslación, que traslada defectos y virtudes de un político a otro.

Actualmente los gobiernos que le apuestan a la posverdad son aquellos que intentan convencer a la ciudadanía de que la realidad no es la que viven sino lo que ellos pretenden hacerles percibir a través de pos verdades y noticias falsas. Lo anterior es atribuible en la mayoría de las ocasiones a los gobiernos populistas que amenazan por todos los flancos la libertad, tolerancia y legalidad que ofrecen los gobiernos democráticos. Lo que vemos hoy en día no es exclusivo de nuestra época, en la antigua Grecia, la democracia también fue exterminada por la demagogia, encabezada por grandes oradores que convencían a la gente con elocuentes discursos pronunciados en la plaza pública, una imagen similar a la que reproducen los líderes populistas como López Obrador.

No obstante, existe una gran diferencia, no todos los disertantes son brillantes, aunque gracias a sus discursos fundados desde la polarización, la difusión masiva de sus mensajes a través de las redes sociales y la ayuda de los denominados "bots", logran el mismo efecto: engañar a la gente sin que esta se dé cuenta.

¿Cómo lo logran? Según Mondragón, la base de la comunicación en sus redes es emotiva y por lo tanto muy atractiva; sus argumentos se perciben como estandartes de la libertad de expresión; su mundo lo simplifican en ideas y pensamientos sencillos, la mayoría de las veces dicotómicos, accesibles a la mente de los ciudadanos. Adicionalmente, la repetición generada por la viralizacion en las redes provoca un efecto de fácil "aprendizaje" en las personas.

¿Qué podemos hacer? Contrastar las mentiras con la verdad en las mismas plataformas en las que circulan las fakenews; ahí la labor de la ciudadanía informada y organizada, de las oposiciones y de los grupos afectados es fundamental.

El reto para quienes ejercen la comunicación política es lograr comunicar la verdad de forma emotiva y asertiva para enfrentarse ante quienes concentran el poder, esos que manejan de forma perversa la información y señalan de mentirosos y falsos a quienes les critican, restan legitimidad a quien se atreva a pensar distinto al régimen, la infodemia desatada durante estos meses ha dejado al descubierto el potencial que tiene la proliferación de las mentiras, lo que pone en riesgo la supervivencia de las democracias mundiales y México no es la excepción.

En nuestro país "ya se rifó un avión" pero al final no se va sortear, al igual que "disminuyó la violencia" en el año con más homicidios en la historia moderna, "ya se aplanó la curva y se domó la pandemia" pero cada día se rompe récord en contagios y en muertes, "se le apuesta al medio ambiente" al tiempo que se despilfarra dinero en construir una refinería, etc. La posverdad y su principal autor están llevando este país directo a una mala fantasía que se está convirtiendo en realidad.

@eduardguezh

Escrito en: El menos común de los sentidos mentira, posverdad, verdad, redes

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