Editoriales

Vida pública

Señales negativas

VIDA PÚBLICA

Señales negativas

Señales negativas

JESÚS MENA VÁZQUEZ

La semana pasada, más de 40 miembros del Congreso de los Estados Unidos, tanto de la Cámara de Senadores como de la Cámara de Representantes, el equivalente a la Cámara de Diputados en nuestro país, subscribieron una carta dirigida al Presidente Donald Trump, acusando al gobierno mexicano de proteger a Pemex y a la Comisión Federal de Electricidad mediante decisiones favorables a estas empresas productivas del estado por parte de los órganos regulatorios en materia de energía.

Los congresistas del vecino del norte hacen eco de las quejas de las empresas norteamericanas que, a la luz de la reforma energética que se aprobó el sexenio pasado, han invertido miles de millones de dólares para desarrollar infraestructura tanto en los Estados Unidos como en México, con el objetivo de participar en la apertura del sector energético mexicano.

A partir de la elección del Presidente López Obrador cambió la orientación del gobierno en cuanto al sector energético, imaginándolo como la palanca del desarrollo económico de México. Desde el principio del sexenio, aún antes de la llegada del Covid-19 y sus estragos económicos, la apuesta económica del sexenio estaba atada al desempeño de las empresas del estado que operan en el sector energético. Esta visión, que pudo tener argumentos a favor hace cuatro décadas, ahora parece totalmente insostenible a la luz de nuevas tecnologías y del camino sin retorno a nivel mundial para impulsar la generación de energías limpias y amigables con el medio ambiente.

Sin embargo, el gobierno mexicano ha decidido seguir adelante con su visión original y apuntalar a ambas empresas del estado mediante las decisiones que toman los órganos reguladores del sector energético, que en el papel son autónomos, pero que en la práctica se han plegado a la visión gubernamental de beneficiar tanto a Pemex como a la CFE.

Esta forma de operar es la que ha elevado el reclamo de las compañías de los Estados Unidos que han invertido en el sector energético de nuestro país y que indudablemente ha enviado una nueva señal de descontento hacia la forma en que se manejan las cosas en México, abriendo un nuevo frente con Estados Unidos.

Las señales de descontento por parte de las élites que manejan el gobierno y la política en los Estados Unidos se comienzan a acumular en contra el gobierno mexicano. Habrá que esperar el resultado de la elección del próximo 3 de noviembre, cuando todo parece indicar que el candidato demócrata se alzará con la victoria, para saber el rumbo de las acciones que tomará el próximo gobierno de los Estados Unidos hacia nuestro país.

En otro tema: Desde hace alrededor de una década tengo el gusto de conocer a Jorge Pérez Arellano Romero, cuando ascendió a la posición de editor en jefe de El Siglo de Durango. Desde entonces he tenido la mejor impresión de su trabajo al frente del contenido editorial del periódico y reconozco su capacidad para trabajar hombro a hombro con los directores que le precedieron para llevar al periódico a insertarse exitosamente en la era digital.

Ahora que el Consejo de Administración de nuestra casa editorial ha decidido nombrarlo como Director General estoy convencido que tomaron la mejor decisión considerando su trayectoria profesional, siempre ofreciendo resultados positivos en las diferentes posiciones y proyectos que le han sido encomendados al interior de esta casa editorial. Estoy seguro que Jorge y su equipo de trabajo llevarán a El Siglo de Durango a nuevas alturas, al mismo tiempo que mantendrán la preocupación de luchar por las causas de los duranguenses, por lo que le deseo todo lo mejor en esta nueva etapa de su vida profesional.

Twitter: @jesusmenav

Escrito en: Vida pública gobierno, Estados, sector, empresas

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas