Editoriales

El menos común de los sentidos

Mexicanos de primera, de segunda y de tercera

El menos común de los sentidos

EDUARDO RODRÍGUEZ

Esta pandemia combinada con estos meses de confinamiento nos recuerda con dureza lo que somos y lo que no, con quién contamos y con quién no, a quién le importamos y a quién no. Un país lejos del desarrollo y cercano a la precariedad sanitaria podría ser una de las conclusiones que ha dejado en evidencia el Covid-19, que somos una sociedad no solo dividida, sino enfrentada, a causa de la polarización orquestada día a día desde Palacio Nacional. Somos una nación donde las prioridades se establecen en el centro sin oportunidad de réplica.

Han pasado aproximadamente ocho meses desde el primer contagio de coronavirus en México y algo queda claro: hay mexicanos de primera, de segunda y hasta de tercera. Los de primera, obviamente, son los políticos; son tan importantes que, como bien lo relató Camarena hace unas semanas, un gobernador, un legislador, un regidor o funcionario público de primer nivel puede publicar cualquier día por la mañana que "pasó una mala noche" y a las pocas horas ya sabe que salió positiva o negativa su prueba de Covid-19. Todo en un par de horas, medio día en caso de que "haya mucha chamba".

En contraparte, miles de mexicanos, o sea, los de segunda, tienen que esperar alrededor de 48 horas para saber si están infectados y, en la mayoría de los casos, se enteran del resultado aún en su lugar de trabajo porque desafortunadamente no pueden dejar de asistir a su chamba y menos pensar en que el empleador le condone los días en caso de que decidieran quedarse en casa. Nuestros políticos no son como uno, no tienen que hacer largas filas en el hospital o en un laboratorio para saber si pueden seguir con su rutina, no tienen que correr el riesgo de contagiarse en el "tocadero" como coloquialmente le denomina Ontiveros a las conglomeraciones de personas preocupadas por su salud que acuden a hacerse la prueba.

Nada de eso: nuestros políticos son tan importantes que reciben a domicilio las pruebas, mientras en tribuna dejan sin dinero al sistema de salud -porque eso hicieron al extinguir algunos de los fideicomisos-; por el otro lado, tienen pruebas al alcance de su mano, seguro privado de gastos médicos y un sueldo intocable en caso de necesitar confinamiento.

Al final de la lista se encuentran millones de mexicanos, los de tercera, aquellos que continúan trabajando sin la oportunidad de descansar por lo menos un día para hacerse la prueba, los que laboran de lunes a sábado hasta el mediodía y dedican el resto de su fin de semana a hacer trámites para sepultar al amigo, al vecino, a la tía o a la abuelita porque no tuvieron oportunidad de recibir atención médica oportuna. Ellas y ellos, los que apenas poseen unas cuantas horas para extrañar, rezar y recordar a sus seres queridos porque pronto llega el lunes y otra vez hay que chambearle. ¿Le parece justo?

Los trabajadores esenciales no son los médicos; tampoco las enfermeras; no son los camilleros ni quienes recolectan basura; pensábamos que pudieran ser los comerciantes que han mantenido la economía "a flote" conscientes del peligro al que están expuestos, pero tampoco son ellos los más importantes... nuestros trabajadores esenciales son los políticos y nadie más. Que el mundo ruede, que México se contagie, que en Durango haya rebrote y se vuelva a cerrar todo; que pase lo que tenga que pasar, siempre y cuando la clase política no se detenga.

Las posibilidades de la salud pública para salvar vidas se han esfumado no sólo por falta de equipo, medicinas o personal, sino por falta de voluntad de nuestros representantes populares que consideran más importante la construcción de un tren, de un puente o de un túnel por encima de la vida de las personas. Así funcionan las cosas aquí y tampoco podemos decir que no lo sabíamos; sin embargo, esperábamos que la respuesta en esta ocasión fuera distinta. Pero bueno, al final de cuentas... son políticos.

@eduardguezh

Escrito en: El menos común de los sentidos tienen, quién, tampoco, primera,

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas