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Bajo Palabra

La izquierda exquisita

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VÍCTOR HUGO CASTAÑEDA SOTO

El federalismo se identifica con el liberalismo, y el conservadurismo está vinculado al centralismo, de tal suerte que la centralización del poder, de los recursos financieros y el aniquilamiento de la división de poderes, que está auspiciando el presidente López Obrador, lo ubican como un político estrictamente conservador y centralista, contrario al sano federalismo que auspicia el libre desarrollo de las entidades federativas.

En su afán por concentrar el poder y convertir a México en el país de un solo hombre (camino a la dictadura), el presidente López (conservador) ha lastimado la soberanía de las entidades federativas y, lejos de auspiciar el diálogo con los gobernadores, los agrede y los amenaza, de tal suerte que la naciente Alianza Federalista encuentra justificado su reclamo de exigir al Presidente un trato equilibrado en la distribución de los recursos financieros, pues no puede haber un trato igualitario entre los desiguales.

Al presidente López, le estorba la Suprema Corte de Justicia de la Nación y por ello ya la desarticuló en su esencia; le estorba el Poder Legislativo y por ello ya lo sometió con una mayoría parlamentaria artificial; le estorban los gobernadores y por ello les mengua su capacidad financiera y política; le estorban los organismos intermedios y por ello los descalifica llamándoles fifís y conservadores; le estorba la libertad de expresión, y por ello todos los días agrede a los periodistas y a los medios de comunicación, acusándolos de conservadores y le estorba una sociedad libre y en crecimiento.

En resumen, al presidente López le estorba todo lo que se contraponga a sus oscuros e ilegítimos intereses de convertir esta patria federalista, en la nueva dictadura latinoamericana, en la nueva Cuba o en la nueva Venezuela, donde solo vale la palabra de un solo hombre, donde esos países están sometidos a la dictadura de un solo partido y de un gobierno centralista que impide el desarrollo de la democracia, de la sociedad y por ello socaba el Estado de Derecho y destruye las instituciones que le son adversas a sus intereses.

Es claro, pues, que el presidente López no es un liberal como lo fue Benito Juárez, a quien admira tanto, ni como lo fue Francisco I. Madero o Venustiano Carranza. El presidente López es más un Fidel Castro, un Hugo Chávez; es más un Nicolás Maduro o un Benito Mussolini, a quien también le ha expresado su admiración

Y no es lógico, ni justo que la terquedad y obcecación de un solo hombre nos lleve a un pasado ya superado, nos regrese a la dictadura de un solo partido y de un presidencialismo imperial como el que ejerció el viejo PRI, pero tampoco es justo que convierta esta noble nación en un similar de la pobreza y subdesarrollo en la que los "liberales" sometieron a Cuba, a Venezuela, a Nicaragua y a tantos países en los que se han instaurado las dictaduras, consumiendo las libertades ciudadanas.

Con el argumento de asumirse como liberales, siendo profundamente conservadores e imperialistas se construyeron las dictaduras de los países ya enumerados; por eso conviene recordarle al presidente López que él no es un liberal, sino un radical conservador y tampoco es de izquierda, porque su gabinete está configurado por un puñado de burgueses que en dos años han duplicado sus fortunas.

En todo caso, la izquierda que proclama el presidente López Obrador es una izquierda exquisita, en la que figuran "liberales" de la talla de Manuel Bartlett Díaz, Miguel Torruco Marqués, Rocío Nalhe, Alfonso Romo, Tatiana Clouthier, Marcelo Ebrard Casaubón, Irma Eréndira Sandoval, quienes poseen fortunas que podrían envidiar muchos de los neoliberales que alucina el jefe de la 4T.

Los signos distintivos de esta izquierda exquisita que configura el gabinete de la 4T son los relojes caros, las casas ubicadas en zonas de más alta plusvalía, los departamentos en el extranjero, las fiestas suntuosas, los negocios al amparo del poder (IMSS - CFE) y otras opulencias que se les han documentado a por lo menos ocho funcionarios y el Presidente ni Pío dice o los protege, a pesar de que un día sí y otro también fustiga a quienes acumulan riqueza y a quienes han sido acusados de corrupción, ocultando en los elegantes tapetes de Palacio Nacional la larga cola de sus funcionarios que inexplicablemente han duplicado sus fortunas.

¿Por qué la "liberal" de Yeidckol Polevnsky, declarada admiradora del Che Guevara y del comandante Fidel Castro Ruz, compró un departamento en EUA y ahora que está contagiada por el Covid-19 está siendo atendida en el Hospital Español, uno de los más lujosos y caros de la Ciudad de México, y no en una clínica del ISSSTE?

En tanto el secretario de Turismo Miguel Torruco exhibe, sin pudor, la opulencia extrema y la de sus hijos, el fifí regio Alfonso Romo sigue viajando en sus aviones privados y hace negocios en países latinoamericanos utilizando el poder de su cargo.

Los negocios de Marcelo Ebrard y su cuñada Viviana Bueso Asfura, representando al Banco del Bienestar en Honduras, donde el presidente López Obrador regalara 31 millones de dólares.

Irma Eréndira Sandoval Ballesteros y su impresentable esposo, John Ackerman, han acumulado en dos años una fortuna de 60 millones de pesos, sin que puedan dar una explicación de cómo lo lograron. Ana Guevara y el desfalco por 50 millones de pesos, el saqueo al Instituto para Devolver el Pueblo lo Robado y la jugosa pensión que recibe la ministra en retiro Olga María del Carmen Sánchez Cordero Dávila, del orden de los 300 mil pesos mensuales, más su sueldo como titular de la Secretaria de Gobernación, eso no los convierte en liberales, sino en distinguidos integrantes de una voraz cofradía de la "izquierda exquisita"

Estos distinguidos "liberales" llevan en su sangre el ADN del capitalismo que tanto dicen despreciar.

Escrito en: Bajo Palabra presidente, López, solo, ello

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