Aprende a vivir bien y sabrás morir mejor

Los humanos le tienen miedo a la muerte y ocupan mucha parte de su vida preocupándose por ello, lo curiosos es que no importan cuánto se preocupen, tarde o temprano se mueren. Entonces, aún no entiendo ¿Por qué se preocupan? Yo me pregunto: Si morir es un acto de dejar de existir, entonces ¿cuántos futuros paralelos han muerto para escoger mi presente hoy? ¿Cuántas personas se han quedado en el camino para que mi mundo se quede como está? ¿Cuántas veces he renunciado a las cosas que pudieron matarme, terminando así tantas facetas en mí, hasta ser el producto que hoy vive conmigo?

La vida es un ciclo interminable de resurrección, plenitud y muerte, no estamos siempre igual ni somos siempre los mismos. Mil rencarnaciones, mil incineraciones en la misma vida. La gente me ve igual, pero yo, yo solo sé que el tiempo es prestado y que ya nadie es el mismo, ni si quiera yo.

A la muerte preferimos ignorarla, rechazarla y verla como nuestra enemiga de vida, pero, negar la muerte, nos lleva a negar la vida. Todos sabemos que vamos a morir algún día, pero nadie lo cree realmente, morir es tan sencillo, simple y natural como la caída de una hoja.

El último tributo que le debemos a la vida es una muerte digna y buena, sin tristeza ni amargura, ni temor, sin aferrarse, por eso, elegir una buena vida, es elegir una buena muerte.

La muerte es solo un paso más hacia la forma de vida de otra frecuencia y el instante de la muerte es una experiencia única, bella, y liberadora que se debería vivir sin temor y angustia. Aun así, todavía se pretende ignorar la muerte, en vez de empezar a respetarla y dignificarla.

La gran mayoría evita hablar claramente de ello, desde que somos pequeños se nos aleja de la muerte y se convierte en algo externo a nosotros, en vez de verlo como algo natural que debemos experimentar de manera consciente y serena, ya que, la muerte es democrática, a fin de cuentas, güera, morena, rica, pobre, toda la gente acaba siendo calavera.

La vida es una serie de acontecimientos, nacemos y morimos a cada momento, todo en el universo se transforma, nada se pierde ni se destruye, todo se encuentra en estado de fluir, donde los comienzos son finales y estos se vuelven comienzos, donde todo está en proceso de llegar a ser. El buen vivir consiste en responsabilizarnos a cada instante, de vivir con mayor tranquilidad, cultivar el alma, aprender a amar y servir, realizar proyectos de vida que den sentido, y justifiquen nuestra existencia.

La causa de mayor dolor es la vida que se llevó sin haber escuchado su conciencia y su misión, una vida inútil y desperdiciada. El cielo y el infierno están determinados por la forma en que vivimos la vida en el presente, la única finalidad de la vida es evolucionar, la lección suprema es aprender a amar.

La realidad es que nunca sabes cuándo será la última vez que veas a alguien, así que, haz que cada momento cuente, si vemos la muerte desde otra perspectiva, si la vemos como parte de la vida, si vemos la vida como una experiencia de aprendizaje, cada situación, cada tropiezo, cada alegría, nos daremos cuenta de que de todo podemos aprender algo en la escuela de la vida y solo así entonces lograremos disfrutar nuestra graduación el día de la muerte.

Entonces, pregúntate ¿qué quiere la vida de mí? ¿qué puedo darle yo a la vida?