Cempasúchil: símbolo de cultura en Durango

Poco menos de medio año de trabajo es el tiempo que se lleva para obtener la flor de cempasúchil, la planta más popular de la cultura mexicana, la más usada cada 2 de noviembre y que curiosamente, “es la única que solo se cosecha para una sola venta”, así lo platicó Víctor Manuel Briseño, quien desde hace 29 años se dedica a la siembra en su campo de cultivo ‘Rancho Santa Teresa’, mejor conocido como ‘Rancho las Flores’, que se ubica en el kilómetro 2.5 de la carretera al Mezquital.

La flor de cempasúchil simboliza el Día de Muertos en nuestro país, y debido a su color y aroma es uno de los elementos más representativos de las ofrendas para los muertos.

PROCESO Y CUIDADO

“Nosotros la trabajamos para llegar a esta fecha, para los fieles difuntos porque no florea antes, primero se almarciga, luego se viene el transplante a los 20 días, después se escarba, fumiga y se riega, son muchos cuidados”, señaló Don Víctor, quien heredó el negocio que cuenta ya con varias generaciones.

Y es que entre tres hectáreas de siembra de estéres, nube, cempasúchil, crisantemo y más variedades, está plasmada la herencia cultural de su familia, algo que se convirtió para él en un estilo de vida. “A mi me gustó mucho la siembra, desde los 8 años empecé a entenderle y heredé todo esto, saber calcular cuándo lo quiere uno tener, eso es muy difícil y eso es lo que pasa con la flor de cempasúchil”.

En cuanto a la cantidad que se obtiene de siembra de esta flor y con muchas otras, varía según el clima y los tiempos, y si bien un manojo podría tener 6 flores, hay ocasiones en que se duplica. “Este año la producción está muy ‘achicopalada’ por los aguaceros que hubo hace unos meses.”

‘SIEMPRE SE COSECHA LO QUE SE SIEMBRA’

Aunque la situación actual de la pandemia también repercutió en este sector que ha quedado con una pérdida de un 90%, Don Víctor y su familia consideran que “uno siempre cosecha lo que siembra”, pues a pesar de que la mayoría de las flores tradicionales de estas fechas se están quedando, se mantienen optimistas.

“De todos modos deja una gran satisfacción, ver con mucha fe de aquí hasta que se viene la cosecha, a veces enfermos pero trabajando, al ver bien la cosecha eso es muy satisfactorio”, concluyó.