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Daños en la piel por ansiedad

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Las emociones difíciles de manejar vienen acompañadas de problema de piel, y es bien sabido que la ansiedad desencadena la respuesta al estrés, que está relacionada con problemas como el acné, el eccema, la urticaria, la psoriasis, la rosácea y trastornos del espectro obsesivo compulsivo.

También se vincula con otros síntomas como picor, urticaria, enrojecimiento y sudoración. La ansiedad, a menudo deja huella en nuestras expresiones faciales y se manifiesta en forma de arrugas en la frente y en el ceño.

SIGNOS QUE DELATAN LA AFECCIÓN

Si de repente has empezado a sufrir brotes de acné tras un periodo de mucha ansiedad (hola, Covid-19) o te empeora el eccema cada vez que se te echa encima la fecha de entrega, la respuesta al estrés de tu organismo es la mayor sospechosa. Con el estrés se activa un proceso en el cerebro donde se liberan varias sustancias químicas y hormonas, que a su vez provocan inflamación tanto en el interior del cuerpo como en la piel.

Los sentimientos de angustia emocional desencadenan que se libere la hormona del estrés (el cortisol) y esta retrasa la curación, altera la barrera de protección natural de la piel y afecta al sistema inmunológico, mermando sus defensas.

ENTRE LA CONEXIÓN PIEL-MENTE

Todo esto funciona también en sentido inverso: el estrés provoca problemas de piel y los problemas de piel provocan estrés. Cada grano, parche de sequedad o mancha que nos sale puede acabar afectando a cómo nos sentimos y tanto es así que el 17 por ciento de los pacientes de dermatología necesitan ayuda psicológica para sobrellevar su enfermedad.

Cada vez son más personas con supuestas "imperfecciones" que sufren ansiedad ante la imposibilidad de que su piel se parezca a la que muestran los filtros (desde los que alisan la tez a los que esculpen la mandíbula). Un ejemplo claro de este tipo de personas son las que padecen un acné leve y pasan horas delante del espejo observándose la piel y se sienten decaídos y deprimidos por su aspecto.

Incluso en casos mucho menos graves, las pieles rebeldes pueden restarnos bienestar mental y es común que surjan sentimientos de vergüenza, tristeza, ansiedad o soledad. Estos sentimientos pueden a su vez afectar a la piel, y se vuelve un círculo vicioso.

Escrito en: CUIDADO DE LA PIEL ANSIEDAD piel, ansiedad, estrés, problemas

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