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Retos del 6 de junio

Pulso electoral

OMAR ORTEGA SORIA

Decir que cada proceso electoral es diferente o que este será atípico podría sonar a un lugar muy común; sin embargo, es totalmente cierto. El Covid-19 vino a transformar nuestro mundo; para muchos, las elecciones pasan a un segundo plano cuando la ciudadanía tiene tantas otras cosas en la cabeza.

En este marco, este domingo primero de noviembre inició el proceso electoral local, en un momento en donde, para la mayoría de los ciudadanos, las elecciones solo significan un derroche de recursos, la interrupción de sus programas favoritos en televisión, basura en las calles o la oportunidad de contar con una despensa o utilitario. Vivimos un desencanto muy peligroso de nuestro sistema político.

Y aquí inicia el gran reto de las autoridades electorales, de todos los partidos políticos, y de todas candidaturas, en el que será el proceso electoral más grande y complejo en la historia de México. ¿Cómo transformar y superar el desencanto, hastío y decepción hacia nuestra democracia? ¿Cómo aprovechamos, como autoridad electoral, las buenas prácticas que hemos hecho y cómo seguimos involucrando a la ciudadanía? ¿Cómo hacemos que la fiesta democrática sea realmente un evento muy concurrido, y no se convierta en una reunión de conocidos muy desangelada?

Estamos a poco más de 200 días para que llegue el 6 de junio y, de este modo, los duranguenses acudamos a las urnas para renovar nuestro Congreso Local y elegir a quienes nos representarán en la Cámara de Diputados, y por supuesto que en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) estamos listos para asumir el reto que implicará organizar las elecciones, fomentando la participación ciudadana.

Debemos asegurarnos de tener un proceso electoral libre de toda violencia, en especial de la violencia política contra las mujeres; tenemos que hacer un proceso electoral inclusivo e incluyente, y no me refiero únicamente a la materia de paridad y género, sino que también contemple a personas con discapacidad, indígenas, migrantes, jóvenes o diversidad sexual. En la democracia hay espacio para todos, y los tiempos actuales nos exigen estar a la altura de las circunstancias.

No únicamente tenemos que promover el voto, sino que debemos transitar a la promoción del voto informado y razonado, y que esto pueda convertirse en un instrumento para reducir los índices de abstencionismo. Si bien es cierto, no es obligatorio para el IEPC organizar debates entre las candidaturas a diputados locales, es nuestro deber hacerlo; tenemos que aprender de los pasados debates, buscar formatos más frescos e interactivos, que involucren más a la ciudadanía y sobre todo aprovechar a las redes sociales para abaratar costos y permitir una mayor difusión y alcance.

Es evidente que la pandemia generada por el Covid-19 será uno de los principales elementos que jugarán en contra para que la gente salga a votar o incluso se involucre en el proceso. Por ello, tendremos que garantizar condiciones de higiene para no poner en riesgo la salud de los votantes, y así generar confianza para que vayan a las casillas y participen, ya sea como funcionarios de casilla, observadores electorales o capacitadores electorales.

Que tengamos un proceso electoral lleno de propuestas y con cero violencia; y que tengamos un proceso electoral con mucha participación, sin poner en riesgo la salud de la ciudadania.

* El autor de esta columna es consejero del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Durango.

Twitter: @omarortegasoria

Escrito en: Pulso electoral proceso, electoral, ¿Cómo, será

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