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JOSÉ ANTONIO CRESPO

Biden: un rayo de esperanza

JOSÉ ANTONIO CRESPO

La democracia norteamericana, como muchos suponíamos en 2016, resistió el embate de un demagogo, un populista de los que buscan concentrar el poder tanto como sea posible y utilizan para ello el que disponen, en lo que se ha llamado una "democracia iliberal". Ejemplos actuales hay muchos, pero la democracia norteamericana mostró nuevamente su fuerza institucional, incluso desde los comicios intermedios donde los demócratas fungieron ya como contrapeso en el Congreso. Pero no todas las democracias son tan sólidas como la de EUA; muchas han caído ante el embate de semejantes demagogos, al grado incluso en que no pueden después deshacerse de ellos por la vía pacífica y democrática.

La derrota de Trump no fue espectacular como muchos esperaban; mantuvo la lealtad de casi la mitad de ciudadanos que seguirán siendo abono para otro futuro demagogo, xenófobo, racista y supremacista. Los demagogos no existirían si no tuvieran bases amplias de apoyo, y esa ahí seguirá. Su derrota tampoco puede considerarse, como muchos hacen, como anuncio de decadencia del populismo en el resto del mundo. Las condiciones son muy distintas en cada país. Y menos aún es posible considerar que el populismo terminará por ser erradicado definitivamente; las corrientes políticas y económicas no desaparecen así como así; tienden a prevalecer por mucho tiempo, y en cierto momento vuelven a resurgir (lo mismo puede decirse del socialismo que del neoliberalismo y, políticamente, del populismo y el autoritarismo en general).

Por otro lado, y contrariamente a lo que podría calcularse en 2018, el presidente López Obrador logró una buena relación con Trump, pues éste sólo lo sometió bajo amenaza en unos pocos temas; la inmigración desde luego, y el narcotráfico (pues amenazó con declarar a los cárteles mexicanos como terroristas, lo que lo facultaría para intervenir directamente en nuestro país). Pero en todo lo demás, le dejó manos libres (además de los apapachos públicos que le hizo con frecuencia, al grado de compararlo con Juárez). De ahí que muchos de sus seguidores (no todos) se hayan mostrado velada o abiertamente como trumpistas en esta elección. La relación con Biden podría ser bastante más complicada que con Trump, pues se especula además que habrá presiones en temas sensibles para el mexicano: medio ambiente, inversiones privadas y energía, entre otros. Es probable que AMLO tema incluso por la viabilidad de su proyecto, y de ahí también su evidente molestia ante la victoria de Biden.

Pero el triunfo del demócrata también ha despertado una esperanza entre los opositores, críticos y disidentes de AMLO, que me parece un tanto excesiva. Se ve este resultado como el anuncio de una probable derrota de Morena en 2021 respecto a la Cámara Baja. Ese escenario no puede descartarse, desde luego, pero no es automático. Trump no se derrumbó ante su pésimo manejo de la pandemia, si bien ese factor seguramente fue clave en su derrota. En el caso mexicano tampoco se ha visto que los ciudadanos le cobren esa factura al presidente (y eso se refleja en las encuestas de popularidad). Además, la cláusula de sobrerrepresentación, que le dio más curules al obradorismo que votos obtuvo en las urnas (proporcionalmente hablando), sigue vigente. El triunfo de Biden es pues un "rayo de esperanza", pero no garantía de nada.

Profesor asociado del CIDE

@JACrespo1

Escrito en: JOSÉ ANTONIO CRESPO muchos, populismo, derrota, pues

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