¿Cómo acostumbrar a un perro adulto a usar correa?

Las dificultades que pueden presentarse al querer acostumbrar a un perro adulto a cosas nuevas pueden tornarse un poco difíciles, considerando que en la mayoría de las ocasiones se trata de perros con temores o inseguridades, que han sufrido maltrato, y que han sido recientemente adoptados. 

Si deseas comenzar a pasear con él, es importante que sepas que deberás tener paciencia, y comprometerte a hacer que su aprendizaje sea agradable y placentero. Escoge una pechera y correa que se adecue a su tamaño y complexión. No lo coloques sin dejar que antes lo huela lo suficiente. Cuando lo hagas, déjalo unos cuantos días hasta que notes que ya no es un elemento extraño para él. 

No es recomendable usar una correa extensible los primeros dos días en el exterior. Tampoco la coloques los días que se esté adaptando al arnés en casa, sólo acércate unos momentos del día para que logre familiarizarse. 

Será imprescindible que simules paseos en el interior de tu casa antes de salir, también debes lograr que esté en calma antes de colocarle la correa. Una vez esto, camina firmemente a su lado, si quiere tirar de la correa,  detente hasta que él también lo haga. Cada vez que te obedezca emplea el refuerzo positivo, una buena opción es usando las galletas como premios. 

Es importante que la puerta de tu casa sea el punto de tensión, y deberás recompensarlo si acata la orden, ya que será una forma de enseñarle que no debe salir antes que tú. 

Para su primer paseo fuera, toma en cuenta que puede mostrarse inquieto y nervioso, que es una respuesta normal. Repite lo hecho en casa, como el refuerzo positivo  hacer que vaya a tu lado. Si estás enseñándole a hacer sus necesidades fuera, deberás premiarlo cada que lo haga. Recuerda llevar tus bolsas para recoger los residuos. 

Si tu perro se niega a moverse en el exterior, debes saber que es una respuesta natural en perros adultos que han sido adoptados, y que generalmente obedece a una situación de temor, causada probablemente por experiencias traumáticas o estresantes que ha experimentó en el pasado. 

Si lo estás enseñando a pasear con correa  no quiere caminar, nunca debes forzarlo si se encuentra en ese estado, resultaría una experiencia muy desagradable. Previamente deberás animarlo hablándole sin soltar la correa, muéstrale  sus juguetes como pelotas, juega con él hasta que se encuentre muy emocionado. Permítele morder la pelota para que logre canalizar su energía, finalmente verás como está dispuesto a dar el paseo calmado. 

Como ya mencionamos, es un proceso que requiere de mucha paciencia,  aunque al principio pueda ser complejo, la ruina será muy positiva para ambos. No dejes de pasearlo diariamente pese a las dificultades que se puedan presentar, esto será su principal fuente de ejercicio, disciplina y gestión  antiestrés.