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La eterna fábrica de billetes

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Aún no termina el año, vienen discos en camino para este mes y ya tenemos noticias de lo que nos espera en 2021, al menos una probadita.

Sigo disfrutando de los álbumes de estudio que en recientes meses se han venido editando, aún no puedo estar aldía (tenemos múltiples ocupaciones los adultos en el Averno) y ya hay un adelanto de Too Mean to Die, lo que nos prepara Accept para el año entrante, editado por la Nuclear Blast. Suena ‘heavy’, suena rápido, suena fuerte; suena a Accept.

Por ahí vi que Fates Warning también está de estreno, con Long Day Good Night, y hace meses (no lo habíamos mencionado) Primar Fear sacó su Metal Commando; ‘heavy’ macizo, del que nos gusta. Pero de lo que hoy vengo hablarles es de un trabajo esperado por muchos, odiado por otros, el S&M2: Metallica & San Francisco Symphony.

El bajero Rob Trujillo fue el encargado de hacer el video del ‘unboxing’ con la debida anticipación. Obviamente, la presentación que tenía en sus manos era la de lujo, con discos en vinyl, bluray, fotos, libros, gafetes y creo que los calzones de James. Todo muy bonito, aunque esa no es la edición que adquirirán la mayoría de los mortales.

Las otras presentaciones constan de: dos cd’s y bluray o dos cds y DVD; en su defecto, el bluray y los discos se pueden comprar por separado.

¿Cuál es la principal queja? Que son prácticamente las mismas canciones que se grabaron hace 20 años, de la presentación entre el 21 y 22 de abril de 1999. ¿Es eso cierto? ¿Metallica se atrevió a repetir ‘setlist’ dos décadas más tarde?

En su primera parte, la idea de compartir escenario y grabar un DVD con la Sinfónica de San Francisco (su natal) era novedosa.

Después de sendos fiascos con Load y Reload, algo espectacular se tenía que hacer… y lo lograron. Metallica añadió en aquella ocasión un par de ‘tracks’ nuevos: No Leaf Clover y Minus Human, buenos, pero no indispensables (el primero sirvió de ‘single’).

La orquesta, además, fue dirigida ni más ni menos que por Michael Kamen, un genio en la producción de ‘soundtracks’, principalmente.

Los cuatro jinetes del ‘thrash’ americano, en alguna época, buscaron repetir la fórmula en el vigésimo aniversario de su obra.

Maestros de la mercadotecnia y dueños de una importante marca en la industria de la música, y bajo la dirección de Michael Tilson Thomas, realizaron el S&M2, en el Chase Center de San Francisco, entre el 6 y el 8 de septiembre de 2019. Un mes después, lo reproducirían en la “pantalla grande” y este año, el año de la Pandemia, lo editan en los formatos físicos tradicionales.

El éxito no se les puede negar.

Como dije en líneas atrás, lo que más se le ha criticado a la última ocurrencia del cuarteto es el repertorio de canciones; en 1999 salieron en CD 21 temas, mientras que en 2020 se agregó una más, en cantidad. En títulos, al menos 10 canciones se repiten, incluyendo el ya clásico intro The Ecstasy of Gold (nadie debe quejarse de que lo sigan utilizando) y The Call of Ktulu, el inicio.

Entre otros cortes repetidos aparecen One, Masters of Puppets, Nothing Else Matters, For Whom the Bell Tolls y Enter Sandman. Sin embargo, la parte “novedosa” son canciones de los discos que aparecieron después del año 2000; The Day that Never Comes, Moth Into Flame, Halo on Fire, por ejemplo, y una parte instrumental con gran aporte de la Sinfónica de San Francisco.

Si me preguntan, puedo decir que las versiones de esos últimos discos que menciono, se escuchan mejor aquí que en sus versiones originales; parece que la mayoría de los fiascos conocidos de Metallica en álbumes de estudio encontró remedio en versiones sinfónicas. De verdad, denle una checada y díganme si no.

Estoy consciente que muchos ‘rockers’, sobre todo los más ‘true’, ya están hartos de Metallica. Dudo que muchos hayan llegado a esta parte del texto, incluso. Pero las cosas son así, y mientras la banda de San Francisco quiera, seguirá siendo la más importante en la industria del rock, en una época en que las estrellas caen por razón natural del tiempo. Lejos están sus días de gloria.

Muchos preferiríamos habernos quedado con sus primeros cuatro trabajos, cinco, tal vez. Más el famoso EP Garage Days. Metallica optó por seguir haciendo billetes, al fin y al cabo es su trabajo y saben hacerlo como nadie. Y ni cómo refutarlo. Ahora, que cada quien se quede con lo que le parezca, la música está ahí para quien quiera escuchar. Y lo que falta. Ya este viernes se estrena Power Up, lo nuevo de AC/DC, habrá que tenerlo.

Para quejas y sugerencias, siguen abiertos los canales de la comunicación: La Música del Dihablo [Facebook] y @VozdelDihab.

Escrito en: VOZ DEL DIHABLO discos, Metallica, versiones, canciones

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