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Democracia a prueba

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LUIS F. SALAZAR WOOLFOLK

Pasada la jornada electoral en los Estados Unidos, aunque el día siguiente nos presenta un escenario de relativa incertidumbre por la oposición de Donald Trump a reconocer los resultados, todo indica que no habrá marcha atrás al triunfo, aún no oficialmente declarado, de Joe Biden y del Partido Demócrata. Por fortuna se han disipando los negros augurios que imaginaban el saldo de las elecciones, a la manera en que llega a su fin la primera película del Planeta de los Simios (1968), con la imagen de Chartlon Heston, contemplado la Estatua de la Libertad en ruinas, colapsada en una playa desierta.

La poca diferencia en los resultados, denota que los Estados Unidos se encuentran divididos por la mitad; todo parece indicar que los Republicanos conservan mayoría en el Senado y que la mayoría en la Cámara de Representantes corresponde a los Demócratas, en tanto que la integración de las Legislaturas de los Estados no registró cambios significativos. El escenario garantiza la gobernabilidad desde la Presidencia pero negociada con la oposición, lo que corresponde al más puro espíritu del equilibrio entre poderes, esencial al sistema democrático que confronta las ideas y las propuestas, para llegar a consensos que satisfagan al mayor número de ciudadanos.

Trump llegó como un candidato antisistema que dando un manotazo en el tablero de la política norteamericana, saltó desde el terreno de la sociedad civil al campo de la política, a lomos del Partido Republicano, del que se apropió y ha mantenido bajo su control y a su servicio, hasta el martes de la semana pasada. Trump obtuvo el triunfo hace cuatro años, frente a la figura sobrevalorada de Hillary Clinton, porque las carencias y divisiones al interior del Partido Demócrata son igualmente graves, lo que indica que el sistema de partidos en el vecino país está sumido en una crisis, que tiene en el paso fugaz de Donald Trump, una oportunidad para su regeneración de cara al futuro.

Las pasadas elecciones de los Estados Unidos fueron las más concurridas de la historia; Joe Biden es el candidato a la Presidencia más votado, pero Trump aumentó su votación de hace cuatro años en más de siete millones de sufragios, entre los que no solo están blancos protestantes, sino contingentes numerosos de hispanos, católicos e incluso afroamericanos, que se sienten representados por el magnate metido a político. Quienes votaron por Donald Trump en la reciente elección y en ésta, han enfrentado al sistema político norteamericano con sus problemas y contradicciones más profundos, y ello ofrece una oportunidad de renovación y fortalecimiento, que se debe aprovechar.

El futuro es un enigma, pero es poco probable un movimiento pendular hacia la extrema izquierda. John Biden es un hombre del sistema con treinta y seis años en el Senado y ocho en la vicepresidencia con Obama; de Biden se espera el comportamiento correcto de un hombre a través del cual, el sistema político vigente desde 1776 recupera el timón temporalmente arrebatado. Desde esa perspectiva y desde la actitud egocéntrica y extravagante de Donald Trump, puede considerarse al aún Presidente como un renglón torcido de Dios que saca del letargo a la clase política de Norteamérica y a la ciudadanía de ese país en su conjunto, para enfrentar su realidad, por lo que es aconsejable asumirla desde una postura de centro es decir, el justo medio aristotélico.

De los Republicanos dependerá que recuperen su partido. En palabras que el expresidente George W. Bush dirigió a Joe Biden en su mensaje de felicitación, asegura que las elecciones fueron limpias y justas, lo que con independencia de que tal afirmación sea verdad, pone de manifiesto la voluntad de restañar cualquier fractura que exista en el sistema político. El ex presidente Bush, felicita a Trump por una campaña muy reñida en la que ganó setenta millones de votos y asegura a los seguidores del aún Presidente, que sus voces seguirán siendo escuchadas por el Partido Republicano, lo que revela un claro reconocimiento del vacío que deja Donald Trump, detrás de su muy personal estilo de gobernar.

Escrito en: Archivo Adjunto sistema, Biden, Donald, Trump

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