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SOFÍA GAMBOA

¿Qué dirían los padres fundadores de la patria norteamericana al ver a ese país tan dividido tras la presidencia caótica de un loco que se niega al resultado de las pasadas elecciones? ¿Cómo será el legado de Biden y a los largo de los años qué dirán los libros de texto sobre Trump? ¿Será que Biden podrá cumplir las expectativas que el mundo entero hemos puesto sobre él?

A través del recién proceso electoral, el más votado en los últimos 120 años, Estados Unidos se ha dejado ver como campo de batalla de una guerra civil entre dos bandos. Urge su reconstrucción basada en la unión del pueblo.

Aunque el mérito de Trump fue obtener la menor tasa de desempleo en los últimos 50 años, especialmente entre grupos vulnerables, el coronavirus y la reacción errática con la que actuó el Presidente ante la crisis descartaron lo que se veía lógico hasta inicios de este año: su reelección. Y aunque este no es el fin de su influencia, no será ya quien habite en la Casa Blanca a partir del 2021, colocándolo en una corta lista de gobernantes que a lo largo de la historia no consiguieron la reelección.

El legado de este personaje no será fácil de borrar, ya que obtuvo el apoyo de más de 70 millones de simpatizantes (47 por ciento del total), logró convencer a más votantes que hace 4 años, a pesar de que su presidencia se distinguió por ser populista, divisiva, racista y xenófoba, desafiando al sistema, destruyendo las bases del país y desestabilizando sus instituciones, sobrepasando deseos y caprichos sobre la ley. Sus seguidores, al igual que él, personas que han demostrado despreciar los datos y la ciencia, que no se han preocupado por la pandemia, que abrazan las contradicciones e incongruencias, que tiran al basurero la historia y preceptos democráticos con los que en el siglo XVIII se fundó su patria.

Este estado debe de dar las gracias a todas las mujeres, personas de color, votantes jóvenes y a la fracción de republicanos descontentos, porque gracias a ellos vuelven a tener la oportunidad de visualizarse a través de los ojos del nuevo mandatario con "esperanza". Ganó el voto que no permite la mentira, la burla, el despotismo y la amenaza. Se le da la bienvenida al regreso de la civilidad, unidad, institucionalidad, respeto e impulso a la ciencia".

Joseph Robinette Biden Jr., político nato, con más de medio siglo en la política, fiel a las reglas, hombre que a través de los duros golpes de la vida ha generado en su ser un espíritu de empatía, exponente del establishment global. Los preceptos más importantes de su ideología política: democracia, capitalismo, derechos humanos, libre mercado, ONU, integración regional económica, globalización, libertad.

Kamala Harris, primera persona de ascendencia negra y asiática elegida para el segundo cargo más alto del país, consecuencia de todo el centenar de mujeres demócratas moviendo el partido, así como del legado de Ruth Bader Ginsburg y Lewis, activistas norteamericanas que abrieron el camino para llevar a la primera mujer en la historia de este país a ese cargo. Fiel reformadora de la justicia penal y racial. Voz abierta en contra de la brutalidad policial y pena de muerte. Encarnación del futuro de un país cada vez más multirracial.

Serán ellos los responsables de unir al país, revivir la economía, reconocer los beneficios del libre mercado y la libertad individual, mejorar la distribución del ingreso productivo para disminuir la desigualdad, optimizar el crecimiento y no mermar el progreso, corregir y ajustar la carga impositiva del Estado, eliminar ventajas fiscales a personas de altos ingresos, crear un plan de infraestructura que detone inversión doméstica, distribuir la vacuna segura para el coronavirus, asegurar los beneficios esenciales para el cuidado de la salud como obtener cobertura médica de calidad, abordar los problemas de justicia racial y policial que este año provocaron las protestas más grandes en la historia del país.

El equipo ya trabaja para sus 100 primeros días de gobierno, con prioridad en la crisis sanitaria, el regreso al Acuerdo de París y la legalización de indocumentados. El primer día de su mandato, Biden firmará nuevas órdenes ejecutivas para inversiones históricas en energía limpia, investigación e innovación climática.

Existe también esperanza para que la geopolítica mundial cambie en sus manos, fortaleciendo el respeto a la legalidad, el multilateralismo y libre comercio. Los analistas esperan un mejor desempeño para la economía mexicana con este gobierno. De hecho, en las últimas cuatro décadas el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos registró un mayor dinamismo con gobiernos demócratas que con republicanos. En consecuencia, así lo hizo México.

Sobre la región, Biden se centrará en la lucha contra la pandemia, cambio climático, trato más digno a migrantes, promesa para aprobar una reforma migratoria integral que legalizaría a 11 millones de residentes indocumentados, lo que se traduce con un posible incremento de remesas a México y Centroamérica, suspensión del muro (lo anterior no significa una política de puertas abiertas hacia la migración), combate al narcotráfico. Respecto al T-MEC se revisarían derechos laborales e incremento de los salarios, así como convencer a nuestro actual gobierno de participar en la sustitución de energías fósiles a energías renovables.

@GamboaSofia

Escrito en: Singularidad económica Biden, historia, país, personas

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