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Orquídeas a la luz de los siglos

Heroínas en medio de la pandemia

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Heroínas en medio de la pandemia

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DANIELA LOMAS ALMAGUER

Como si no fuera suficiente el temor que infunde la amenaza de una enfermedad invisible o el juicio doloso que muchos hacen hacia aquellos que pisan un hospital, diariamente mujeres de todas las edades y variadas complexiones, deben ponerse de pie, asearse, probar bocado y armarse con todo el valor del mundo para salir a la calle y enfrentar al COVID 19, en la primera línea de batalla como trabajadores de los servicios de salud.

No pueden evitar sentirse impotentes ante las calles llenas de incrédulos, aterrados ante las fiestas desbordadas de seres humanos que se piensan inmunes o tristes al ver que por más horas que trabajen, por más sacrificios que hagan, por más compañeros que mueran en la línea de batalla, siempre habrá alguien que con su inconciencia permite que el virus siga, se propague, se extienda y mate cada vez más personas.

Hace apenas unos días, de manera extrema pero urgente para inhibir la movilidad en nuestra ciudad, se decretó la suspensión del transporte público todo un fin de semana. La medida, sin duda, disminuyó la presencia de movimientos no esenciales de personas, pero al mismo tiempo, nos enfrentó a la realidad de cientos de empleados de clínicas y hospitales varados sin un transporte para llegar a sus trabajos. Quienes tuvimos oportunidad, apoyamos cada quien en medida de sus posibilidades. De la experiencia del fin de semana pude recopilar fragmentos de una realidad que al unirla nos narra un desgarradora historia de la que no hemos estado atentos.

Y es que la mayoría nos concentramos en la estadística; en los números, en las notas de los medios; sin embargo, hay muchísimas otras historias que están por encima de los datos y aún no se les ha valorizado en su justa dimensión.

Me conmovió María, quien antes de salir a su turno de la noche, santiguó innumerables veces a su hijo adolecente y abrazó un par de minutos entre un sollozo apenas perceptible, a una pequeñita que sacudía su mano y con una diminuta voz le gritaba: "te amo mamá", mientras abordaba el coche. Le di unos minutos antes de hacerle unas preguntas. Era obvio que ambos nos habíamos quedado con un nudo en la garganta.

En otro viaje, Lourdes, una mujer madura, me contó como el confinamiento cala no solo en los que se quedan en casa, sino que la imperiosa necesidad de exagerar las medidas de higiene, tiene aislados a muchos niños que están recibiendo tratamientos contra el cáncer a los cuales es imposible regatearles cualquier cuidado adicional.

Las valientes mujeres que conocimos en los trayectos a sus hogares o a sus centros de trabajo son solo una muestra de esas otras historias de la pandemia que hemos subvalorado. Otra cara no menos importante de la situación, está en la creciente cantidad de fallecidos diarios hombres en su mayoría, lo que significa que todos los días hay niños y jóvenes huérfanos de padre, esposas que pierden a sus maridos y familias que se quedan sin un sustento.

De seguir la tendencia, el escenario previsible cuando todo esto pase será el de una estela de muerte que afectará principalmente a las mujeres; primero por aquellas que fallezcan en el cumplimiento de su deber en las instancias médicas y enseguida, por las que inevitablemente perderán a sus cónyuges. Las viudas del COVID se convertirán en un asunto social de dimensiones impensables en un país como el nuestro en el que la seguridad social -por poner un ejemplo- no tiene cubierto de manera decente el deceso de un miembro trabajador en la familia.

Las mujeres entonces tendrán una doble carga, como lo pude corroborar la semana pasada: sostener a las familias que quedaran devastadas por el virus y seguir al frente en la línea de batalla.

Tratemos de honrar el trabajo de estas heroínas atendiendo las indicaciones de las autoridades de salud, de mi parte y de mi equipo, este fin de semana y todos los que sean necesarios seguiremos a la entera disposición para que lleguen sanas y salvas a su destino.

Escrito en: Orquídeas a la luz de los siglos semana, línea, mujeres, pude

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