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DESDE AFUERA

Crónica viajera: Tamazula, Durango

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Crónica viajera: Tamazula, Durango

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DALILA RIVAS CORONEL

No hace muchos años, o quizás sí porque el tiempo es relativo decía Einstein, viajar a Tamazula Durango era una verdadera odisea digna de escribirse como lo hiciera en su tiempo el poeta griego Homero, no solo desde la capital del estado que ya era bastante decir, sino incluso desde Culiacán, a pesar de los 80 kms. de distancia que separan a la ciudad del poblado, los cuales no son muchos realmente. Por supuesto le hablo de tiempos inmemoriales en los que el pavimento era solo un sueño y una constante gestión por parte de los habitantes de aquel alejado municipio. Sin embargo, el amor por el terruño y el deseo de ver a la familia que se había quedado, motivaba que todo aquel que por necesidad había emigrado a otras ciudades buscando nuevas oportunidades de trabajo, se aventurara cada determinado tiempo a atravesar aquel sinuoso camino.

Fueron mis padres por cierto, parte de aquellos intrépidos jóvenes que sin importar el frío, el calor, la lluvia, la creciente del río o lo que fuera, armaban maleta, nos montaban a mis hermanos y a mí en una pick up Ford 75 y allá íbamos, a visitar a los abuelos que con tanta ilusión nos esperaban cada navidad, cada semana santa o cada tiempo de aguas, así escuchaba que le decían al verano o lo que para mí eran las "vacaciones largas".

Lo anterior vino a mi mente la semana pasada, mientras hacía un recorrido por la antigua carretera que conduce hasta la casa que vio nacer al primer presidente que gobernó a los recién conformados Estados Unidos Mexicanos en 1824, Guadalupe Victoria. Es casi una vereda por la que cabe un solo auto, baja del pueblo hasta el río y de ahí sigue por la ribera un kilómetro aproximadamente, después hay que cruzar la corriente ahí donde se unen los ríos Cianuri y Canelas, los que conforman el río Tamazula que baja hasta el valle de Culiacán y recorre parte de la ciudad hasta unirse también con el río Humaya. Por eso es común ver a los habitantes de aquella región conduciendo cuatrimotos y surcando de un lado a otro las aguas cristalinas. No es posible otra forma de traslado.

Por si algún día le interesa visitar aquellos hermosos parajes sierreños y la mencionada casa, le cuento querido lector, lectora que una pequeña escalinata empinada le indicará el siguiente reto, pero antes debe tomar aire para después subir hasta la explanada empedrada donde se alza una bandera mexicana, la misma que le da la bienvenida a todo entusiasta viajante y a quienes invita a pasar a la pequeña construcción de estilo vernáculo, con su típico portal de arcos y teja color terracota. Al interior dos habitaciones, una que servía como cocina y aún conserva su metate de piedra empotrado en una basa, al igual que la hornilla. La otra, que seguramente era usada como habitación es hoy un minúsculo museo de sitio.

En esta ocasión el tiempo fue corto, y tristemente no pudimos degustar de la sabrosa machaca con verduras que prepara doña Chuy, cocinera tradicional de aquella región. Sin embargo ya de regreso hicimos una parada exprés en Carboneras, un poblado ya conurbado a Culiacán y famoso por la elaboración de pan de mujer y que en otra ocasión le contaré porque le llaman así, por ahora solo le diré algo que pocos saben y que me hace añorar a mis abuelos. Elaboran en aquella parte de la sierra y ahora también en ese poblado, las mantequillas, una crema salada de contextura muy suave y grasosa. Mi mamá nos las preparaba en sopitas, es decir cortaba la tortilla de a pellizquitos y después las derretía en ellas hasta que se impregnaba del sabor del lácteo salado. Parece un platillo menor y muy básico, pero creáme querido lector, lectora, las mantequillas son una verdadera delicia, y si además le esparce un chiltepín, su sabor será inolvidable. Desgraciadamente ya hay muy pocos lugares donde conseguir ese manjar, Carboneras es uno de ellos.

Y ya que estamos en el tema de lo culinario, le recomiendo que visite la página del Facebook/ICED y disfrute del Congreso Virtual "Las Cocinas del Norte", un recorrido por la cocina tradicional del norte del país, ahí encontrará entrevistas, comentarios, investigaciones, videos, etc. Prepárese porque va a saborearse de todo. El evento fue todo un acierto por parte del Museo de Culturas Populares dirigido por la Mtra. Gaby Sanchez.

Finalmente comentar que fue un gusto compartir esta visita de trabajo con Marx Arriaga titular la Dirección General de Bibliotecas y Francisco Ciceña, Coordinador de la Red Estatal de Bibliotecas, excelentes y entusiastas compañeros comprometidos con el desarrollo bibliotecario y cultural del país. Y por supuesto, recordar con emoción los caminos y veredas tantas veces andadas y las aventuras entrañables que las acompañan. Le deseo una excelente semana.

Escrito en: Desde afuera tiempo, cada, solo, aquella

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