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Mirador

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ARMANDO FUENTES AGUIRRE (CATÓN)

Las mujeres del rancho la llaman simplemente "enredadera". Otras le dicen "hiedra". Y una señora que vino de visita nos dijo que su nombre verdadero es "campánula".

A la enredadera-hiedra-campánula no le importan las denominaciones, y cada año nos regala sus flores azules y blancas.

Se acerca ya el invierno. Tampoco eso le importa. Alegra el tapial gris con los colores del manto de la Virgen. La miro desde la ventana y me parece ver a una muchacha que me sonríe. No hay luz en la mañana neblinosa, pero ella da su luz. El Sol saldrá para mirarla como la miro yo.

Humilde es esta planta que crece en el corral, no en el jardín como las dalias o los alhelíes. Sus pequeñas flores no tienen la pompa de la rosa, el aroma de la madreselva o la leyenda del clavel. Se diría que quieren pasar inadvertidas. Ni siquiera tienen la timidez de las violetas. La timideces son cosa de ciudad, y ella son rancheritas. Tienen pena.

Otra pena sentiré yo cuando se vayan.

¡Hasta mañana!...

Escrito en: Mirador tienen, flores, miro, ella

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