Nosotros

PADRES E HIJOS

PADRES E HIJOS

PADRES E HIJOS

PADRES E HIJOS

PADRES E HIJOS

IGNACIO ESPINOZA GODOY

Luego de un año que, para muchos, representó un verdadero dolor de cabeza por una infinidad de motivos, sobre todo en los aspectos de salud y economía, valdría la pena hacer una reflexión en detenernos un momento para analizar cómo están nuestras finanzas personales y familiares, esto con el objetivo de poner los pies bien sobre la tierra y definir qué vamos a hacer ya sea para mejorar o para cuidar que esos ingresos económicos que llegan a nuestros bolsillos, si es que son estables y frecuentes, no se esfumen como por arte de magia en gastos no esenciales y sí, en cambio, darles el mejor de los destinos.

Recordemos, amable lector(a), que, en la llamada cuesta de enero, es cuando se sufre para hacer ciertos pagos, ya sea de tarjetas de crédito y de impuestos que son ineludibles en los primeros meses del año, como son el predial y el de refrendo vehicular, sobre todo considerando que en los primeros tres meses se nos ofrecen atractivos descuentos que debemos aprovechar por el ahorro que representa esa promoción, de tal forma que si hacemos cuentas sí dejamos de pagar cientos de pesos si los cubriéramos después de marzo.

En estos tiempos en que la situación económica, no solo estatal o nacional, sino también mundial, es complicada por los efectos desastrosos que ha dejado la pandemia del nuevo coronavirus (Covid-19), todos estamos obligados a cuidar con mayor esmero cada peso que ganamos producto de nuestro trabajo y del esfuerzo que le imprimimos a cada actividad que nos encomiendan en nuestro centro laboral, así que nunca estará por demás que analicemos cada gasto diario, para no incurrir en excesos o no comprar más que lo indispensable para de esa forma hacer rendir el salario que religiosamente recibimos ya sea por semana, quincena o mes.

Tal vez muchos piensan que no es necesario caer en los extremos y que podemos seguir gastando como lo hacíamos hasta antes de la pandemia; sin embargo, debemos tomar conciencia de que muchos de los empleos ya no tienen la estabilidad que observábamos, de ahí que es imperativo cuidar el empleo que tenemos, pues no debemos olvidar que cientos de miles de personas se quedaron sin su fuente laboral debido a los despidos de personal que se vieron obligados a hacer muchos empresarios ante la imposibilidad de sostener su plantilla de trabajadores tras la caída de sus ingresos económicos.

Dentro de este contexto, lamentablemente, un número significativo de familias se vieron afectadas al quedarse sin trabajo el padre o la madre que sostenían el hogar, o incluso ambos, por lo que en esos casos sí padecieron o han padecido carencias de todo tipo al ver cómo ya no ingresan esos recursos económicos con los que solventaban las necesidades básicas de todos los integrantes de la familia, sobre todo en lo relativo al pago de los servicios básicos como son la energía eléctrica, el agua potable y el teléfono, amén de la merma que sufrieron aspectos como la alimentación, el transporte, el vestido y el entretenimiento.

Por ello, estimado(a) lector(a), si usted es uno(a) de los afortunados(as) que aún conserva su fuente de trabajo, la recomendación es que, hoy más que nunca, la cuide, porque gracias a los ingresos económicos que de ahí se derivan tiene la bendición de poder cubrir todos los gastos que hacen más llevadera la vida para la familia en general, con todo lo que representa la estabilidad que eso significa a nivel personal y como responsable de proveer todos los satisfactores materiales que requieren quienes le rodean, le acompañan y le aman dentro del hogar.

Muchas veces no aprendemos a valorar cada elemento que tenemos dentro de la casa, porque no siempre nos cuesta si no contribuimos para su pago, y no es hasta que nos toca cubrirlo que lo cuidamos más, porque sabemos que no es sencillo pagar los recibos de agua potable, de la energía eléctrica, del servicio de televisión por cable o satelital, del teléfono y de otros, de tal forma que buscamos hacer un uso racional y adecuado, al tiempo que les inculcamos a los hijos que también adopten una cultura en el mismo sentido, para que tomen conciencia del valor del dinero para la cobertura de esos rubros y del sacrificio que se requiere para solventarlos.

Si desde ahorita no hacemos responsables a los hijos en torno al cuidado racional que deben tener sobre los servicios que disfrutan dentro del hogar, quizá cuando ya se hagan cargo de su pago, ya con su propia familia, no sabrán cómo administrar sus ingresos económicos y difícilmente aprenderán a hacerlo, o lo podrán lograr pero a base de experiencias poco agradables, hasta que sientan que debieron ser más moderados en el uso de esos servicios básicos que nunca les costaron y de los que ahora ya saben cómo emplearlos adecuadamente.

Quienes hemos aprendido también a base de algunos tropiezos ahora ya sabemos que debemos gastar con mucho cuidado cada peso que entra al bolsillo y al hogar, claro que sin caer en los excesos, pero sí con la idea clara de que el ahorro es indispensable para hacerle frente a cualquier imprevisto o al pago de los impuestos a los que no podemos sacarles la vuelta en cuanto empieza el año, con lo que si hicimos un uso responsable de nuestros recursos económicos, podremos solventar con cierta holgura y facilidad esas contribuciones gubernamentales que en ocasiones se convierten en un dolor de cabeza si no se tiene ese "guardadito".

Escrito en: Padres e hijos hacer, cada, esos, todos

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Nosotros

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas