Don Quijote y Sancho en Durango
SEÑOR, es cierto
Tan es así y afirmó que no lo soñé
Paseaba bajo un cielo azul Durango
En la esmeralda de sus prados pastaba mi borrico
bajo la musical añoranza de la sinfonía de los álamos
¡Qué sorpresa! ¡Qué asombro! Lo que vi.
Majestad de formas Sonrisas de color
Besos en las pupilas Espíritus de fuego Lluvia
en bucólica armonía con nuestros orígenes
No existe semejanza alguna en
La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme
Te lo digo mi señor mi amo
SANCHO, sólo piensas en tu rucio sin nombre
Mi Rocinante no come no descansa
ni duerme ni sueña ni relincha
y fiel lo cabalgo siglo con siglo
CAMINEMOS callados a conocer la fecunda libertad
de las esculturas del epímone Juan Soriano
Estoy presto para ir a esa Nueva Vizcaya de Vizcaínos
y llorar ante la fosa de la célebre ferrosa montaña
que hace cuarenta años se pobló de fogatas y de sueños
No suceda que vayan a estar vivas esas figuras
creadas por tu sueño y prometida ínsula
MIRAD SEÑOR con tus chispeantes ojos de águila
Esta es la alameda de las esculturas de Juan Soriano
Aquí pasea el amor y los besos vuelan en parvadas
junto a tepehuanos y mendigos y desempleados
Inicia en la medieval Plazuela Baca Ortiz
continúa el follaje caminar hasta el jardín Las moreras
A la derecha con mirada hacia el Norte
elévanse perdurables las torres de catedral
Si volteas hacia la estrella del sur
encontrarás las ruinas arqueológicas La Ferrería
de antiguos migrantes nahoas
Las inundaciones de una acequia grande
y los inciensos del campanario gótico de Analco
OID SEÑOR, al poeta de estas invenciones literarias
Aquí entrega pasajes de ayeres de su infancia
Aunque nunca lo bueno fue mucho
tal es la voz que los canta que encanta. Oídlo, señor
De niño marchaba bajo la sombra de los álamos
Uno dos tres cuatro: Las gargantas repetían
En las manos cantaban mancuernas de madera
los ecos se mecían en las hojas de los álamos
Sus nevados capullos con levedad de mariposas
entre silbatazos de mando tenues caían y caían
Al final el himno de la escuela era un trueno
“…Guadalupe Victoria titular de mi escuela
ya mi espíritu anhela llegar más allá…”
MI SEÑOR don Quijote, así seguirán los cabalgantes asombros
Para ilustres viajeros que llegarán al corazón del día
oyendo el alarde de los que aman esta tierra de poetas
y te pido escuches al poeta guía