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Con México en la mente

El interés superior de la nación

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El interés superior de la nación

El interés superior de la nación

HÉCTOR SÁNCHEZ GUTIÉRREZ

Para asentar los objetivos nacionales en la Constitución Política, fue necesario estudiar y analizar nuestro devenir histórico para identificar los anhelos, aspiraciones y necesidades de los mexicanos que, al conciliarlos con el modelo de país que queremos, se definió lo que es de interés para la nación.

El interés superior de la nación motiva las acciones que el gobierno realiza "como autoridad responsable", en la atención de los anhelos, aspiraciones "y necesidades" de los mexicanos, facilitando el desarrollo nacional, mediante la solución de las diferencias existentes entre sectores y promoviendo la unidad, para alcanzar el bien común y la convivencia sana de todos los mexicanos.

La tentación histórica en el mundo, de dividir la población con el pretexto de solucionar las necesidades de la más perjudicada, solo genera un empobrecimiento creciente y generalizado al debilitar las capacidades de producción, el desarrollo económico y social de forma integral, perdiendo las fortalezas que da la unidad nacional.

En la mayoría de los casos, han sido acciones maliciosas que se emplean políticamente para comprar voluntades con fines electorales en la actualidad y satisfacer la ambición por el poder de una persona o grupo.

Está comprobado que nunca se ha logrado el bienestar y convivencia pacífica; este manejo perverso de la democracia siempre atrae el incremento de la pobreza, hambrunas, muertes, deterioro educativo, menoscabo de la salud, corrupción y pérdida de la unidad nacional.

Actualmente, la situación en nuestro país vive un intento de transformación que hasta el momento no refleja cambios positivos y sí un ostensible debilitamiento en las capacidades del Estado mexicano.

En el campo político: se promueve la fractura de la cohesión ciudadana y la concentración de las decisiones en una sola persona, marginando las autoridades soberanas, autónomas e independientes que mantienen los equilibrios de poder y dan lugar a decisiones consensuadas que permiten prever y prevenir riesgos y amenazas.

En el campo económico: enfrentamos una reducción en los bienes y servicios debido a la falta de producción provocada por decisiones incorrectas, inestabilidad laboral por el daño a las estructuras que proporcionan talento y empleo para el desarrollo económico, uso discrecional de recursos públicos en la atención de fines político-electorales sin rendición de cuentas, acciones de gobierno que reducen la participación del sector privado sin capacidad para sustituir lo eliminado.

En el campo social: incapacidad de la autoridad para impartir justicia y mantener el orden; la paz, la tranquilidad, la protección de las personas y su patrimonio siguen lejanas y con pronóstico de inalcanzables; la educación en caída libre y la atención de la salud abandonada a su suerte en espera de una salvadora vacuna.

Nuestro débil sistema de salud, sometido a una demolición sistemática en 2019, inició el 2020, con desconcierto e incredulidad ante una pandemia global, privilegiando su manejo político,

El inexplicable comentario del Presidente: "La pandemia nos viene como anillo al dedo, no dejen de abrazarse" fue la instrucción del líder a sus seguidores, para minimizar su atención.

Cada vez la muerte está más cerca de los que seguimos vivos; conocidos, amigos y familiares están falleciendo.

Tomemos conciencia, cuidémonos, atendamos nuestro entorno y apoyemos con empatía a quienes requieran apoyo; participemos ordenada y responsablemente en la recuperación de nuestra fortaleza como sociedad civil, ante una inconstante autoridad que rehúye su responsabilidad.

La administración pública federal se aferra a una vacuna como remedio, minimizando el debate abierto entre científicos e insistiendo en el criterio político para su distribución centralizada, como única opción gubernamental; mientras, los contagios y muertes siguen creciendo.

La pandemia es la causa de la desastrosa situación que vivimos, por la creciente cantidad de contagiados y fallecidos, ante un fracturado sistema de salud, con escasas capacidades en recursos humanos especializados, instalaciones, equipo médico y medicamentos; y, con una evidente falta de voluntad política para atenderla directamente.

Tenemos un problema serio de salud pública, que NO es el centro de las prioridades de la autoridad federal responsable y que produce daños irreparables a la seguridad y desarrollo nacionales.

Es una necesidad del pueblo de México, que demanda ser atendida como "interés superior de la nación," empleando todas las capacidades del Estado, ¡por encima de cualquier otro interés político y personal!

Escrito en: Con México en la mente interés, capacidades, autoridad, desarrollo

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