La tradicional opacidad del presidente López en el proceso de vacunación

El pasado martes 12 de enero, fiel a su estilo desenfadado y de chunga matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que en el tema de las vacunas "No nos vamos a reservar nada y habrá transparencia total, porque no hay nada que ocultar".

Y ya entrado en gastos, afirmó que la reserva de información era una práctica de los neoliberales que venía llevándose a cabo de tiempo atrás, porque hay inercias, por lo que la instrucción es que se transparente todo lo que hace el Gobierno, para luego repetir que nada tiene que ocultar.

Olvida el septuagenario presidente de la República que su Gobierno, aparte de ser una chunga de pandilleros, es el más opaco y negligente de la historia en nuestro país, pues las adquisiciones de bienes, servicios y materiales que contrata el Gobierno de la 4T; en un 74 por ciento las hace a través de la modalidad de "invitación restringida" o "adjudicación directa", y solo un 26 por ciento de esas operaciones se hace conforme a los concursos que establece la propia Ley de Adquisiciones.

Obvio decir que, en la adquisición de vacunas, el Presidente nuevamente nos da atole con el dedo y se conduce con deliberada falsedad al afirmar que en la operación financiera para la adquisición de vacunas todo, absolutamente todo sería transparente y cristalino y más tardaron los reporteros en tomar nota de la afirmación presidencial que el Canciller, devenido en sietemesino precandidato, en desmentir a su mismísimo jefe presidencial, para afirmar que en la operación de compra-venta de las vacunas había una cláusula de confidencialidad con los laboratorios Pfizer y AztraZeneca por el término de 5 años, por lo que los mexicanos no podemos saber cuántas y a qué precio se están comprando las vacunas que llegan a cuentagotas a nuestro país.

Además, el Presidente de la República ha dicho reiteradamente que tiene 100 mil millones de pesos para la adquisición de vacunas, cantidad que no sabemos si es suficiente o insuficiente, si consideramos que por lo menos el 70% de la población mexicana tendrá que ser vacunada, para lograr, ahora sí, la inmunidad de rebaño, que será más exitosa si se sigue acompañando de las medidas sanitarias como el uso del cubre boca, gel antibacterial, lavado constante de manos y sana distancia.

Reiteradamente el Presidente ha afirmado que su Gobierno, con dinero de lo recaudado de nuestros impuestos, tiene el suficiente recurso financiero para la compra de vacunas y no necesita del apoyo de la Iniciativa Privada, entonces luego no se entiende el contenido de sus lastimosos exhortos para que los empresarios hagan una coperacha y que los Partidos Políticos devuelvan un 50% de sus prerrogativas y permitir que el andrajoso partido MORENA, a través de spot televisivos, nos digan todo el día que ellos sí donaron el 50% de sus prerrogativas para la compra de vacunas.

Es claro que el Presidente de la República, con la opacidad con la que se conduce, manipula los mensajes para denostar a la oposición y a los empresarios y luego nos dirá que no le alcanzó el dinero para la compra de vacunas, sabiendo que requiere vacunar, en una primera etapa, a 84 millones de mexicanos; luego tendrá que aplicarse la segunda dosis, para cerrar el ciclo con 168 millones de dosis, que no sabemos si el Gobierno podrá comprar.

El problema de la falta de transparencia y de rendición de cuentas es justamente eso, la posibilidad que le da al Presidente de manejar una narrativa lastimera y electorera para arremeter contra los partidos políticos de oposición y permitir la escandalosa difusión de un spot televisivo en el que se afirma que Morena sí aporta financieramente para la compra de vacunas.

Por si lo anterior fuera poco, la Senadora de la República, en uso de sus facultades ha exigido al Gobierno de la República que se publique toda la información relacionada con la adquisición de las vacunas, pues, a su juicio, todo parece indicar que hay actos de corrupción en los contratos celebrados por las autoridades mexicanas con los laboratorios productores del antígeno.

La opacidad con la que se conduce el presidente López es tan peligrosa y dañina para la salud pública que ya se corre la versión de que Pfizer no tiene ningún contrato de compra-venta de vacuna con el Gobierno mexicano y las poco más de 400 mil dosis que han llegado a nuestro país son de cortesía, pues corresponden a la fase 3 de su desarrollo, de lo que se infiere que el presidente López habría ofrecido a los laboratorios extranjeros la vida de millones de mexicanos, rebajándolos a meros conejillos de indias.

El argumento de que el contrato con los laboratorios contiene una cláusula de confidencialidad para no poner en riesgo la operación no tiene ningún sentido, pues en nada se altera que se ventile la información y tampoco se pone en riesgo el procedimiento de suministro de vacunas si se nos informa el precio y las miles o millones de vacunas que llegarán a nuestro país.

El ocultamiento de la información refleja una vez más la opacidad y el desastroso manejo de la pandemia y el suministro de vacunas en nuestro país.

Es claro que todos los mexicanos tenemos el derecho de conocer todo lo relacionado con la adquisición de las vacunas; la cantidad, su precio, los lugares de distribución y personal responsable de aplicarla.

No podemos permitir que el Presidente y su partido Morena sumen el proceso de vacunación a su campaña política, con acuerdos corruptos y desventajosos para el país

Urge frenar la deleznable, pueril, canalla, vergonzante y gandalla campaña de actores políticos del PT que, sin ningún pudor, vanaglorian al Presidente de la República y a su partido, como si fuesen los grandes salvadores de nuestro país y olvidan que el dinero con el que compran las vacunas es de todos los mexicanos.