Editoriales

Diálogo

YAMIL DARWICH

Luego de la sufrida agresión a la democracia en los EUA, ahora encaramos la renegociación -que lo es- de las relaciones con nuestros vecinos del norte y empiezo por escribirle que, seguramente, no cambiarán mucho los tratos entre nosotros; quizá, serán más tensas si AMLO continúa con las valentonadas distractoras, que parecen simples bravuconadas aconsejadas por asesores populistas, recolectoras de puntos de aceptación popular. Recuerde que "los primos" promulgan aquello de "nadie está enojado con su dinero".

Por lo pronto, pareciera que empezamos a tomar medidas para encontrar las mejores maneras de relacionarnos y genera cierta confianza saber que el canciller Marcelo Ebrard y Jake Sullivan, futuro asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, se reunieron para tener unos primeros cambios de impresión en los diferentes temas que nos relacionan. La inseguridad nos brota cuando conocemos antecedentes de la inconstancia de nuestro presidente.

Aún cuando esperemos un mejor trato en el tema de la frontera que nos limita y quizá baje de intensidad la agresividad y rechazo mostrados hacia mexicanos y latinoamericanos -política promovida por el irascible Trump- sin duda continuarán manteniendo medidas de alta seguridad, buscando prevenir la migración descontrolada; tampoco olvidemos la lucha contra el contrabando del narcotráfico, delito que es permanente dolor de cabeza y ocasiona gran daño en nuestro prestigio internacional.

Los temas del intercambio comercial serán también sostenidos, apoyados en el tratado de comercio entre México, EUA y Canadá, y según antecedentes de relación con gobiernos demócratas, no habrá contemplaciones en la aplicación del clausulado, aunque sí se espera un mejor nivel de relación -respeto, no concesiones- en los diálogos y ejecución de acuerdos. En el tema, preocupa la capacidad de los nacionales comisionados, recordando las serias acusaciones de "entrega" y errores técnicos señalados, hasta lograr la firma del mismo.

El problema que seguramente tendremos discrepancias será el manejo de la contaminación ambiental y nuestras políticas de energías renovables.

El presidente Biden, ha mostrado durante toda su carrera política el marcado interés por disminuir la contaminación ambiental y dosificar, hasta minimizar, la polución por combustión de energías fósiles; en contraparte, nuestro gobierno mantiene acciones de desinterés y hasta descuido, anunciando la construcción de un tren que, además de destruir con su paso flora y la fauna del sureste mexicano, utilizará el uso de diésel como combustible y menosprecia las energías limpias renovables, empecinado en la construcción de una nueva refinería de petróleo, en tiempos en que el mundo busca disminuir su uso, desairando el desarrollo e investigación de otras como la solar y la eólica. ¡Anacronía!

Para la delicada relación, contamos con la mayor fortaleza de AMLO: sus capacidades de manejo y maniobra política que, sin duda, serán importantes para encontrar formas de salir de los aprietos en que podamos meternos; la preocupación: su obstinada terquedad de interpretar la realidad tomando en consideración únicamente su visión personal y el preocupante descuido en valorar las opiniones de expertos, particularmente si éstos no concuerdan con la propia voluntad.

El manejo en el problema de la invasión de los indocumentados centroamericanos deberá ser atendido "con tenazas", considerando los aparentes compromisos del poder ejecutivo mexicano con los países de gobiernos de izquierda, que han recibido apoyos de diferentes formas, inclusive económicos. De nuevo se siente importante la habilidad política del presidente López, esperando que dimensione el equilibrio entre "lo que se quiere y lo que se puede". ¿Lo hará?

Especial cuidado en las relaciones internacionales, cuando es evidente el giro del gobierno de México hacia la izquierda y las relaciones comerciales y económicas con China, descuidando las establecidas con EUA. Incluya la industria automotriz instalada en México, la textil, el acero y otras manufactureras, marcando en contra el principio de relación desequilibrada de "pares entre pares".

Seguramente el gobierno morenista y sus expertos en política internacional y económica conocen los antecedentes de relación entre ambos países vecinos y deberán asesorar acertadamente a nuestro presidente -que esperemos les escuche y atienda- y se den cuenta que es gran verdad aquello definido por David Davidoff, ex embajador norteamericano en nuestro país, quien comparaba al oso y al puerco espín, predicando que: cuando pelean, uno podría espinar al otro, pero el oso, de ser necesario, puede aplastarlo.

En todo, aprender a reconocer oportunidades y peligros del exterior y comprender que entre demócratas y republicanos puede haber grandes diferencias en sus políticas internas, pero en relaciones con el exterior, unidos, aplican aquello de "América para los americanos" y que, particularmente por razones geográficas, a ellos les interesa mantener relaciones sanas y convenientes con nosotros. ¿Aprovecharemos o insistiremos en utopías?

Espero que no suceda aquello del refrán que dice: "al que no le guste la sopa de fideos: dos platos" y sumemos otro problema para México, ahora en relaciones binacionales. ¿Usted qué piensa?

[email protected]

Escrito en: YAMIL DARWICH relaciones, aquello, que,, política

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas