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Las últimas horas de Trump, las primeras de Biden

Yo río libre

JULIO CÉSAR RAMÍREZ

El Gobierno de Trump arremetió contra protecciones medioambientales en los últimos días de su mandato. Aun en las horas finales en la presidencia emitió una serie de nuevas regulaciones para beneficiar a la industria de los combustibles fósiles y a otras grandes empresas de energía que generan contaminación. Joseph Biden, por su parte, el 20 de enero, ya en el poder imperial, firmó órdenes ejecutivas sobre el medio ambiente, la inmigración, los derechos civiles, la economía y la pandemia. Destacan, de inicio, el freno momentáneo al muro fronterizo y a la deportación de migrantes -aplaudido por México-, así como disposiciones para que Estados Unidos vuelva a unirse al Acuerdo Climático de París, y una medida histórica: la cancelación del permiso del gigante oleoducto Keystone XL, valorado en ocho mil millones de dólares, lo que abre la posibilidad de que el sector energético canadiense demande por daños.

Cinco días antes de la complicada sucesión presidencial, el viernes 15 de enero, el Servicio Forestal de Estados Unidos emitió una declaración final de impacto medioambiental, lo que prepara el terreno para una enorme mina de cobre en el bosque nacional de Tonto, en el estado de Arizona, que constituye tierra sagrada para la tribu Apache de San Carlos.

El secretario del Interior de Trump, David Bernhardt, firmó una orden para permitir la licitación de tierras para la explotación de minerales en casi cuatro millones de hectáreas en el oeste del estado de Alaska.

El Departamento del Interior de Estados Unidos, todavía bajo la presidencia del magnate, también redujo la cantidad que deben pagar las empresas de petróleo, gas y carbón para perforar en tierras y aguas de propiedad pública.

Otras decisiones de último minuto del Gobierno de Donald Trump podrían conducir, aun en la Administración Biden, a menores protecciones en la región del Noroeste del Pacífico para el búho manchado del norte, que se enfrenta a la extinción, y nuevas exenciones de los límites en las emisiones de dióxido de carbono que se impongan en el futuro para refinerías de petróleo, siderúrgicas y basurales.

Las órdenes ejecutivas de los primeros días de Joe Biden como presidente buscan revertir muchas de las acciones más polémicas de Trump, dañinas para la salud pública y el medio ambiente o que no estén respaldadas por la ciencia.

Recomienda a las agencias considerar la revisión de estándares de emisiones y economía de combustibles de los vehículos.

Anunció el restablecimiento del Grupo de Trabajo Interagencial sobre el Costo Social de los Gases de Efecto Invernadero y la instrucción al Departamento del Interior para que revise los límites y la situación de Grand Staircase-Escalante, Bears Ears, Northeast Canyons y Seamounts Marine National Monuments, así como la imposición de una moratoria temporal en todas las actividades de combustibles fósiles en el Arctic National Wildlife Refuge.

Descendientes de pueblos originarios norteamericanos, defensores del agua y ambientalistas piden a la Administración Biden-Harris vaya más allá de estas órdenes y cancele la construcción del gasoducto Enbridge Línea 3 y la tubería del Dakota Access Pipeline, sobre territorio de la tribu ancestral Sioux, como hizo -gracias a la presión social- con el oleoducto Keystone XL, de la empresa TransCanada, que estaba configurado para atravesar el corazón del territorio sagrado Oceti Sakowin y extenderse desde las arenas bituminosas de Alberta, Canadá, hasta el Golfo de México en Texas, con una capacidad de 830,000 barriles de petróleo diarios.

Como se recordará, Trump otorgó el permiso para el oleoducto Keystone XL en enero de 2017 como una de sus primeras acciones de gobierno.

Para ambientalistas, la Casa Blanca de Biden necesita trazar un rumbo más agresivo para hacer frente a la catástrofe climática y detener la expansión de energía sucia. No es cosa fácil.

El viernes 22 de enero de este año, el Senado de Estados Unidos confirmó a Lloyd Austin como secretario de Defensa. El general retirado nominado por Biden para liderar el Pentágono es socio del Fondo de Capital de Riesgo Pine Island, integra la junta directiva de la empresa contratista de armas Raytheon y ocupa un asiento de la junta directiva de la Nucor Corporation, siderúrgica estadounidense detrás de la empresa minera que, según denuncian organizaciones civiles de Centroamérica, usa paramilitares contra defensores del agua en Honduras.

@kardenche

Escrito en: Yo río libre Biden, Estados, Unidos, Keystone

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