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Sobre una banda llamada Lucybell

24/7/365

Sobre una banda llamada Lucybell

Sobre una banda llamada Lucybell

RICARDO MILLA

Gracias a MTV Latinoamérica descubrí a un grupo que operaba en Santiago de Chile a 7,329 kilómetros de nuestro querido Durango. Si el grupo venezolano "Los Amigos Invisibles" tomó con visión, humor e inteligencia su nombre del no-Nobel Jorge Luis Borges, quien en una entrevista se refirió a los libros como "amigo invisibles", los liderados por Claudio Valenzuela se inspiraron para bautizar al suyo en el nombre de la hija procreada por el 66.66 % de los Cocteau Twins.

En 1989 Elizabeth Fraser y Robin Guthrie tuvieron una bebé a la que llamaron Lucy Belle, y en 1991 cuatro estudiantes de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile fusionaron en uno los dos nombres de la heredera del más fino y delirante dream-pop quitándole la última "e".

Con su disco debut "Peces" llamaron la atención de las disqueras y los firmó EMI para lanzar "Viajar". Y si bien esa es mi canción favorita de ellos donde el vocalista asevera que su "lengua afilada sabrá podar lo falso, todo lo falso" y es uno de los registros más altos del rock latinoamericano de todos los tiempos, considero que su obra maestra es el llamado disco rojo, el homónimo "Lucybell".

Editado en 1996 contó como productor de lujo a Oscar "Cachorro" López quien sin duda fue imprescindible para que este álbum ostente la categoría de "clásico". Grabado y mezclado en estudios de Chile y Argentina y masterizado en Abbey Road, el amplio y enriquecedor viaje inicia con "Flotar Es Caer".

Este relato musical posee la virtud de trasladarnos a un sitio familiarmente extraño similar a la denominada "Zona" de la película "Stalker" del cineasta ruso Andrei Tarkovsky. En ella nos podemos sentir departiendo un "Picnic Extraterrestre" (tomando el nombre de la fuente literaria en la que se basó el director escrita por los hermanos Strugatski) donde "la piel se estira y sólo sé observar".

Tras ese comienzo irrumpen desbocados los "Caballos de Histeria" para ceder a "Rojo Eterno" que va de menos a más y es una canción que logra encarnar su enunciado de "Rey que asesina con gracia". Con sus casi ocho minutos de duración Lucybell se explaya en el quinto corte con "Intento No Marearme" donde la instrumentación potencializa la voz de Valenzuela y secunda su deseo de poder encontrar su casa para, finalmente, de manera magistral concluir que "Tan solo con ver: será mi casa". En este corte los vínculos inextricables de la banda chilena entre los actos de ver, buscar y viajar, así como su relación con el cine quedan más que patentes.

Del siguiente "track" lo que puedo decir es que pocas veces alguien ha pedido de manera tan matemáticamente violenta que le den tranquilidad como en "Dame Calma". "Sembrando En El Mar" aunque inyecta una nueva dinámica musical más acelerado en el tono más bien severo que ha experimentado hasta entonces el escucha, nos hace preguntarnos con qué frecuencia sembramos en el mar, es decir, que tan seguido tiramos (derrochamos) tiempo y energía que no precisamente nos sobra.

Arranca y termina con una bíblica pregunta "¿Quién lanza primero?", para contestar en la primera estrofa: "Piedras han de sobrar" contradiciendo a Forrest Gump quien le dice a su novia en una escena clave "Supongo que a veces no hay suficientes piedras". Inscrita en la tradición de confesionario de "Perfect Day" de Lou Reed, "Solo Soy Un Adicto" es ruidosa y catártica. La siguiente rola habla de alguien con quien (lamentablemente) nos hemos topado más de una vez en la vida: "En mil años, nada te podría hacer feliz".

Finaliza el disco con la convulsa amenaza de "No Naceré" que inmediatamente se vincula en espíritu con la también sublime "Salga La Luna" de Mano Negra donde Manu Chao canta: "Yo de nacer me arrepentí" o con la brutal portada del disco "Embryonic" de los Flaming Lips donde una imagen dice más que mil palabras.

Los fans solo tuvimos que esperar dos años para escuchar la continuación de esta magna pieza y los chilenos no nos decepcionaron con "Amanece". Es excelente su regreso con "Luces No Bélicas" el primer corte que con fuerza y solvencia renovó sus rutas sónicas y líricas.

"Arrepentimiento" se sitúa como esas grandes segundas canciones que a pesar de no ser la apertura ni colocarse como sencillos promocionales logran ocupar un sitio privilegiado en la historia de las bandas como, por ejemplo, "Do You Feel Loved?" del "Pop" de U2 o "The Sweetest Perfection" del "Violator" de Depeche Mode. La novena rola "Ten Paz" se coloca junto a "Sálvame La Vida" ("Cúbreme de espejos: Nunca dejes de brillar") y "Ver El Fin" ("Debo tomar el odio como a un rival"), como una sus más perfectas composiciones.

En ella nos recuerdan que vivir es una mezcla de errores viejos con nuevos y al confesar que "Sabré decir, lo que quieras oír" comulgamos con su fragilidad.

Finalizan con broche de oro con "Siglos" y un "bonus track" instrumental de más de 10 minutos con el que se consolidaban como el grupo más propositivo y desafiante del Cono Sur en los albores del nuevo milenio.

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