En 13 minutos se diluyó la presunta gravedad de López Obrador
Y fueron suficientes sólo 13 minutos para que el presidente Andrés Manuel López Obrador pulverizara cuatro días de toda clase de rumores negativos que sus críticos hicieron circular a través de redes sociales. Para empezar, negaron que estuviera enfermo de COVID-19; le atribuyeron un derrame cerebral y, como consecuencia, una parálisis facial, de brazos o piernas, dificultad para ver, hablar y/o caminar; además, deslizaron la versión de que había padecido en las últimas semanas tres infartos, así que su condición era grave.
La semana pasada, López Obrador informó en un tuit que había dado positivo a coronavirus, con síntomas leves y que se sometería al confinamiento reglamentario, por lo cual la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, lo supliría en las conferencias mañaneras. Insistió en que seguiría tratando asuntos de gobierno desde la cuarentena.
Un día después, fue difundida oficialmente una fotografía de su entrevista telefónica con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, con quien concretó, según se dijo, la adquisición de una cantidad importante de la vacuna Sputnik, que llegaría en las próximas semanas. Hasta allí parecía que la información sobre el caso seguiría fluyendo de forma regular.
Sin embargo, desde ese día y hasta el viernes por la tarde, salieron de Palacio Nacional datos muy escuetos sobre la salud del mandatario, lo cual dio pie a los rumores maliciosos que suelen surgir en tales circunstancias y en los que no pocas veces hasta se da por muerto al político en cuestión, casi siempre un presidente y más si tiene detractores tan furibundos como los de López Obrador.
Se hizo, pues, un vacío informativo y ese fue el caldo de cultivo para todo lo que se dijo después. Mientras comenzaba a tomar vuelo la discusión sobre si la salud del presidente era un asunto privado o público, Olga Sánchez Cordero se concretaba a asegurar que el presidente se mantenía con síntomas leves y Hugo López Gatell se refería a intermitentes dolores de cabeza y algo de febrícula como los principales síntomas, en las redes ya comenzaban a adjudicarle a López Obrador un derrame cerebral y otros males catastróficos.
El martes muy temprano se dijo incluso que había sido trasladado de Palacio Nacional al Instituto Nacional de Nutrición, donde podrían haberlo intubado. Y así sobrevino un alud de falsos mensajes que adquirieron cierta credibilidad y sospecha, ante tanto silencio oficial.
Sorpresivamente, el viernes por la tarde, a través de un videomensaje de 13 minutos, AMLO reapareció en su quinto día de cuarentena e hizo varios anuncios, como que ya había superado la etapa crítica de la enfermedad y también agradeció las muestras de apoyo.
Se le vio caminar, mover un brazo, luego el otro, sin pizca de parálisis facial y, de hecho, fue notoria su fluidez en hablar menos pausado de lo que acostumbra. "Estoy bien, aunque todavía debo guardar reposo. Ahora sí me acicalé, pero estos días no he estado así. Eso sí, he estado trabajando; todavía tengo COVID-19, pero los médicos me dicen que está pasando la etapa crítica. Me presento para que no haya rumores", resaltó. Asimismo habló sobre el esquema de vacunación en el país.
Eso debería ser una evidencia de que no tiene parálisis cerebral ni está intubado, por supuesto, pero ahora los comentarios son en otro sentido: que siempre estuvo muy bien de salud y fue un ardid lo del contagio, que ninguna persona convaleciente de esta enfermedad se ve tan normal como AMLO en ese videomensaje de 13 minutos. Es decir, para un segmento, todo lo que haga o deje de hacer el presidente es malo y sencillamente hay que estar en contra, trátese de política, la pandemia o su salud. En definitiva, es un personaje que divide opiniones y será muy difícil cambiar este comportamiento social mientras gobierne.
COLMILLOS Y GARRAS
ANUNCIÓ EL GOBERNADOR José Aispuro Torres once objetivos de su gobierno para avanzar contra los efectos de la pandemia. En primer lugar, se fortalecerá el sistema de salud en todo el estado a través de más infraestructura hospitalaria y el mejoramiento en el abasto de medicamentos... COMO SEGUNDO OBJETIVO, se pretende acelerar el ritmo de la reactivación económica y para ello se cuenta con 24 proyectos de empresas en el estado, de las cuales 17 corresponden a los municipios de Lerdo, Mapimí, Cuencamé y Gómez Palacio... IGUALMENTE AUMENTAR LA obra pública, incentivar el regreso digno y seguro a clases y otros puntos están previstos en la estrategia del gobierno estatal que ya se echó a andar en los 39 municipios del estado. Cada una de estas acciones se desarrollarán en el curso de estas semanas, aun cuando algunas deberán tomar algunas semanas más, debido al comportamiento de la pandemia, como en el caso de la vuelta a las aulas de los estudiantes en los distintos niveles de educación.
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