El ámbito público se ha desprestigiado profundamente. No es una sorpresa para nadie encontrarnos ante este escenario donde nadie quiere participar en política -por eso siguen los mismos de siempre-, sin embargo, le urge a México y sobre todo a Durango, que más y mejores perfiles se involucren en el quehacer público.
Desde que tuve oportunidad de participar en política estudiantil conocí a muchas personas que están preocupadas y trabajando por crear un mejor Durango, nuestro estado está lleno de personas que se han organizado para hacer mejoras en sus calles y colonias, que se pusieron de acuerdo y le han entrado para presionar a funcionarios públicos de los tres órdenes solicitando mejores servicios públicos, condiciones para la generación de empleo y un alto a la corrupción e impunidad.
He tenido la fortuna de toparme también con grupos de mujeres y hombres dedicados al servicio social que juntan víveres para las familias en situación más vulnerable, que limpian arroyos, jardines y parques públicos, que rescatan animales abandonados y en situación de calle, que levantan la voz frente a las injusticias. Existe un factor común entre todas esas personas: no son figuras políticas.
Y no son políticas porque existe un desprestigio prácticamente absoluto a todo aquello que englobe lo político-electoral; estas personas difícilmente decidirían participar en una elección porque precisamente las elecciones han sido el medio por el cual otras personas han llegado a espacios de toma de decisiones, mismas que han dejado mucho que desear.
La realidad es que no nos sobra el tiempo ni las manos; entre la pandemia, la inseguridad, los feminicidios, los problemas económicos y el crecimiento de la brecha de desigualdad ...el tiempo y el recurso humano resulta ser lo más valioso, porque cada día que pasa estos males se incrementan.
La vía electoral no es la única salida para nuestros problemas porque en esencia, ser políticx es un ejercicio complejo que requiere talento, dedicación, estrategia y responsabilidad. Sin embargo, servir a una comunidad desde la función pública cuando se realiza con vocación y buena voluntad, puede ser una de las actividades más gratificantes porque transforma vidas en toda una ciudad, estado o nación.
Escribo esto porque estamos iniciando un proceso electoral para renovar diputaciones federales y locales en Durango; se comienza a vislumbrar quienes serán las y los candidatos de cada coalición y en su mayoría son aquellos que ya conocemos; esos que vienen y ofrecen lo mismo de siempre, quienes han hecho de la política un negocio y siguen aferradas y aferrados al poder; no representan a nadie, no tienen causas, no tienen banderas, no tienen ideología, les faltan dedos en las manos para contar las veces que han sido funcionarios públicos... pero les sobran para enumerar sus logros.
Ser 'candidatx' en una coalición no es un cheque en blanco, se debe elegir a las y los mejores perfiles para que representen los intereses de la gente... en todos los partidos políticos hay personas con vocación, talento y espíritu de servicio que pueden marcar una diferencia.
Es cierto también que no todos son iguales, coincido con quienes dicen que se necesita experiencia para legislar, pero para proponer iniciativas y crear leyes hay que conocer de cerca lo que le duele al ciudadano, no desde un escritorio, no desde su casa mucho menos fuera de Durango.
Será indispensable que las dirigencias de los partidos reflexionen sobre los perfiles que serán los elegidos para participar en este proceso electoral, será indispensable hacer reflexiones, trabajar hombro a hombro, abrir oídos, reflexionar errores y generar espacios donde las personas que no se han sentido convocadas por la política puedan acudir... sí hay personas honestas, si hay quienes trabajan con ideales, si hay funcionarios comprometidos, si hay personas a las que les mueven los sueños...
Si la política cambia constantemente, ¿por qué sus protagonistas no?
@eduardguezh