Pasantes de Medicina sufren acoso

Pasantes de Medicina denunciaron que algunos compañeros han sido objeto de acoso, en localidades donde prestan su servicio social, sobre todo en las que se ubican en la región serrana.

Un grupo de pasantes médicos se reunió en la Plaza Fundadores, para manifestar su molestia por el feminicidio de Mariana Sánchez, ocurrido hace algunos días en Chiapas.

Mariana había sido víctima de violación en noviembre pasado, en la comunidad chiapaneca en la que realizaba sus prácticas, mientras que el pasado viernes fue encontrada muerta en el lugar en el que se hospedaba.

Brian Mota, pasante de medicina de Durango, señaló que la seguridad que reciben, por parte de las instituciones, no es la adecuada.

“No nos queda más que manifestarnos y exigir, a las autoridades competentes, que cumplan con la labor de proteger a los médicos en formación”, anotó.

Muchas veces nos toman como mano de obra barata, para cumplir con el trabajo que debería realizar un médico de base.

“A muchos nos mandan a localidades alejadas, en donde por desgracia no hay ley. Ya asesinaron a nuestra compañera Mariana, quien perseguía el sueño de titularse de Medicina”, dijo.

Por su parte, Iridian Holguín, también pasante de Medicina de Durango, no dudó en señalar que es en la región de la sierra en donde más riesgo se corre.

“Hay compañeras que han recibido propuestas indecorosas, de parte de personas que las intimidan diciéndoles que son narcotraficantes”, relató.

Mencionó que en uno de los casos de los que tiene conocimiento, denunció la situación a su jefe inmediato, quien le pidió que la próxima vez que esto ocurriera le avisara de inmediato para hablar con el presunto acosador.

Sin embargo, siempre está latente el riesgo de que no haya una próxima advertencia, para que se presente un caso de violación u homicidio .

Los médicos pasantes piden que las autoridades pongan más atención en su seguridad, pues si bien el servicio social es necesario para su formación, no les ofrecen ninguna garantía.

A veces la gente los trata como si recibieran un salario, cuando lo único a lo que tienen derecho es a una beca de entre dos mil y dos mil pesos a la quincena, de la que sale el recurso para traslados, hospedaje e implementos como cubrebocas.