Cáncer, el enemigo a vencer
Este 4 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer, enfermedad que es la tercera causa de muerte entre los mexicanos y cuyo tratamiento oportuno es uno de los principales retos para obtener mejores niveles de sobrevivencia.
Las neoplasias más comunes causantes de muerte en nuestro pai´s es el ca´ncer de pulmo´n, el de mama, el colorrectal, de próstata y estómago.
Hace algunos días se dio a conocer el documento "Cáncer y desigualdades sociales en México 2020", elaborado por Laura Flamand, profesora-investigadora de El Colegio de México (Colmex) y Carlos Moreno-Jaimes, profesor-investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) en donde establecen que pese a que se considera que los factores de riesgo para esta enfermedad son hábitos libremente elegidos por las personas, como por ejemplo la mala alimentación, el sedentarismo o fumar, muchos de ellos también dependen de condiciones sociales y económicas que no se escogen.
Los investigadores indican que el género, el lugar de residencia, la pertenencia étnica, el ingreso, el tipo de trabajo y el acceso a la seguridad social pueden marcar la diferencia entre acceder o no a una detección y tratamiento oportuno.
De acuerdo a su trabajo de investigación, los estados con las tasas de incidencia y mortalidad más elevadas tienden a tener niveles de desarrollo altos: Sonora, Chihuahua, Ciudad de México, Baja California, Nuevo León y Baja California Sur. Por el contrario, las tasas de incidencia más bajas corresponden a los menos desarrollados como Guerrero, Oaxaca, Hidalgo, Guanajuato y Michoacán.
Sin embargo, la calidad de la atención de quienes padecen cáncer parece tener una relación inversa con el desarrollo socioeconómico: la probabilidad de morir por cáncer es mayor en los estados de la región sur del país, la menos desarrollada (Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Yucatán y Veracruz), mientras que los estados de la región norte, la más desarrollada, y la capital del país presentan las razones más bajas (Ciudad de México, Nuevo León, Sinaloa y Baja California).
Debido a que el tratamiento de esta enfermedad es costoso, muchas personas con un trabajo informal e incluso, también los que cuentan con seguridad social, ven mermada su economía y su única esperanza es recurrir a los patronatos de ayuda o a la solidaridad de sus conocidos. El cáncer no solo afecta la vida del enfermo, sino conlleva un fuerte desgaste emocional de todo el núcleo familiar y también, en varios de los casos, un fuerte problema financiero sobre todo por las múltiples deficiencias en los hospitales públicos, en donde hay falta de medicamentos y así como demás suministros.
De manera individual, solo nos queda seguir en la medida de lo posible las recomendaciones otorgadas por los especialistas de la salud en cuanto a las medidas de prevención y, si está en las posibilidades económicas, realizarse un chequeo regular con el objetivo de detectar oportunamente cualquier anomalía.
PUNTO Y APARTE.- El cobarde asesinato de la joven Mariana Sánchez, estudiante de Medicina en Chiapas, de nueva cuenta pone el tema del feminicidio en la agenda mediática y nos recuerda que, con todo y pandemia, la violencia contra las mujeres en este país es una constante. Ahora, la petición es la misma que en miles de casos más: justicia.
En este asunto hay muchos responsables que deben asumir la parte que les toca y actuar en consecuencia; no solo es lamentar la muerte de Mariana y darse la vuelta. Por supuesto, el primer obligado a dar resultados es la Fiscalía de Justicia del Estado de Chiapas, pero también está la Secretaría de Salud e incluso, la Facultad de Medicina en donde estaba inscrita la joven. Urge que se implementen los protocolos con perspectiva de género.
Y este asunto en particular también revela la situación de los pasantes de Medicina, que durante años han sido utilizados como "mano de obra barata" sin que les brinden las condiciones mínimas de seguridad así como un trato digno. Esto debe cambiar en todo el país.
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