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La mediocridad de un gobierno se refleja en sus acciones y en sus obras

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La mediocridad de un gobierno se refleja en sus acciones y en sus obras

La mediocridad de un gobierno se refleja en sus acciones y en sus obras

VÍCTOR HUGO CASTAÑEDA SOTO

En días pasados, el presidente de la República, Lic. Don Andrés Manuel López Obrador, tomó un avión de la Fuerza Aérea Mexicana (Boeing 737-800), en el antiguo hangar presidencial del Aeropuerto Benito Juárez, para realizar el vuelo más corto de su vida, de casi 80 kilómetros, en 11 minutos de trayecto, para aterrizar en la base militar Santa Lucía, en donde inauguraría la pista de aterrizaje que ya viene operando, desde décadas atrás, la Secretaría de la Defensa Nacional.

Para abrir pista, de lo que parece será el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, el perturbado Presidente se hizo acompañar de los titulares del Poder Legislativo y Judicial, así como por la jefa de Gobierno de la CDMX, la morenista Claudia Sheinbaum. En las fotos no se aprecia la inútil presencia del Secretario de Turismo.

La decepción, el desencanto y el coraje de la opinión pública, líderes empresariales, sector turístico y demás inversionistas no se hizo esperar, en virtud de que el referido no aeropuerto no solo no está concluido, ni cuenta con el permiso de la Agencia Federal de Aviación Civil, ni tampoco cuenta con la PIA, que no es otra cosa que el manual de procedimientos para despejes y aterrizajes seguros, de aviones comerciales y la tolvanera que armaron fue verdaderamente impresionante, como para atraer la atención de millones de turistas, en pleno desplome.

Para complementar el show presidencial con el futuro aeropuerto Felipe Ángeles (qué pena para mi general Felipe Ángeles, brazo derecho y estratega de mi general Francisco Villa), el ciudadano Presidente de lo que queda de los Estados Unidos Mexicanos contrató vuelos de las empresas Viva Aerobús, Volaris y Aeromar, para que estuvieran dando vueltas sobre Pachuca y dar la apariencia de que podían aterrizar aviones comerciales, aunque estos fueran vacíos. Ahora ya nomás falta esperar que las pistas "inauguradas" tengan aeropuerto.

El aterrizaje del avión en el que viajó por 11 minutos el presidente López, quien, contrario a su retórica, sí utilizó cubreboca, fue verdaderamente espectacular; para empezar, la tolvanera fue descomunal, la torre de control no existe, la terminal aérea que empieza a perfilarse tiene forma de tapanco de Tepito.

En pocas palabras, el estilito arquitectónico de lo que parece serán las salas de espera del aeropuerto son realmente espantosas e insultantes y, en todo caso, reflejan la mediocridad con la que se ha conducido el líder de la 4T.

Ahora solo falta que el Sr. López, con la parsimonia que le caracteriza, ordene a los garnacheros de la popular y exitosa Marquesa que se trasladen a estas nuevas instalaciones para la promoción de nuestro país y el disfrute de nuestros turistas.

Lo asombroso es que para el presidente López fueron suficientes 11 minutos de vuelo para afirmar categóricamente que los tres aeropuertos del Valle de México, a saber: Toluca - CDMX y Santa Lucia, pueden funcionar simultáneamente, sin ningún riesgo, cuando todos sabemos que desde las oficinas centrales de Palacio Nacional se ordenó a los responsables de las torres de control de Toluca y CDMX que alteraran sus hojas de vuelo, sus tiempos de aterrizaje y despegue para que el avión en el que volaba el mesiánico Presidente no tuviera ningún contratiempo y mucho menos corriera algún riesgo, ante la evidente imposibilidad de operar simultáneamente.

El haber alterado la rutina de los aeropuertos de Toluca y CDMX, durante el vuelo presidencial, demuestra que no es posible la simultaneidad en la operación de los multicitados tres aeropuertos y esta mentira, además de ser demagogia, es dinero tirado y de llegar a operar el Felipe Ángeles como aeropuerto civil, será un grave riesgo para la navegación aérea en el Valle de México.

Por lo que se refiere a los costos y la estadística, es importante destacar que en principio se dijo que el Felipe Ángeles absorbería las operaciones del aeropuerto Benito Juárez y del de Toluca, hoy ya se nos dijo que los tres aeropuertos seguirán operando, pues el aeropuerto de "clase mundial" que está construyendo el Sr. López es de capacidad inferior al proyecto Texcoco y la inversión que se hará para su construcción será muy superior a la anunciada

Observemos lo siguiente: el aeropuerto de Texcoco estaba diseñado para un total de 190 posiciones fijas y 85 remotas, para embarque y desembarque de pasajeros y dar servicio a un millón de aviones al año y 125 millones de pasajeros. El Felipe Ángeles, en su última fase de construcción, tendrá 70 posiciones y una capacidad para movilizar anualmente a 32 millones de pasajeros.

El costo del aeropuerto de Texcoco alcanzaba los 285 mil millones de pesos (inversión auto financiable, pues era recuperable en virtud de que se concesionaría a particulares como ocurre actualmente). El aeropuerto de Santa Lucia costará 231 mil millones de pesos, más 60 mil millones para infraestructura de conectividad. Advirtiendo que el costo de este ridículo y peligroso proyecto lo pagaremos los contribuyentes.

El show de Santa Lucia le dio un respiro al Sr. López, ante el fracaso que ha representado la compra, distribución y aplicación de la vacuna, la cual refleja un avance del 0.51 por ciento, sobre los 88 millones de mexicanos que tenemos que ser inmunizados.

El Presidente miente y sus yerros ponen en peligro la vida de miles de mexicanos; la no aplicación de la vacuna nos coloca en la antesala de la muerte y la muy eventual y poco probable operación simultánea de tres aeropuertos en el Valle de México presagian los peores accidentes. Por donde se vea, el presidente López, además de altanero, demagogo y mentiroso, es un mediocre y bien mirado es cabeza de un gobierno fracasado muy anticipadamente.

Escrito en: Bajo Palabra aeropuerto, millones, Felipe, aeropuertos

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