La CFE: entre las tinieblas, la corrupción, la incompetencia, la traición y la mentira
En las pequeñas mentes de los dos grandes dinosaurios que ahora controlan a la Comisión Federal de Electricidad (Empresa de Clase Mundial), el presidente Andrés Manuel López Obrador y el pillo Director Manuel Bartlett Díaz, se fragua una nebulosa idea que pronto nos dejará tiznados y a oscuras; generar energía eléctrica, a partir de la quema de leña, carbón y petróleo, desautorizando y prohibiendo la generación de energías limpias como la solar, la eólica o la hidráulica.
Ahora lo importante no es cómo resolver el tema de la insuficiente generación de energía eléctrica, sino la de salvar la "honra y el buen nombre", del delincuente Director de la CFE, responsable de los enormes apagones que ha sufrido nuestro país y para ello ya inventaron su propia narrativa en la que afirman que los problemas de la CFE son culpa de Felipe Calderón, de la quemazón de pastizales en Tamaulipas y con el último apagón nos han dicho que este fue causa de la inusitada helada que invadió a diversos estados del sur de los EUA, lo que impidió que nos siguieran suministrando de gas para la generación de energía. Por ello ahora reformarán la Ley de Industria Eléctrica para priorizar la generación de energía eléctrica con la quema de huizaches y combustibles fósiles.
Ahora sabemos que esos enormes apagones se debieron a que México se quedó sin gas porque la CFE del Sr. Bartlett cometió la enorme estupidez de no comprar cobertura para la compra del gas en el periodo invernal.
Para lograr el objetivo de salvar la "honra" de Manuel Bartlett, el presidente López Obrador adjudicó toda la responsabilidad del pésimo manejo de la Comisión Federal de Electricidad a los gobiernos pasados, a los neoliberales, a los conservadores y demás brujos que actúan en contra de su Gobierno y para corregir las fallas envió a la Cámara de Diputados una iniciativa de reformas a la Ley de Industria Eléctrica, que ya fue aprobada en comisiones, por los diputados de Morena, PT y PES, y muy pronto será aprobada por el pleno de los Diputados, para luego pasarla al Senado, donde quedará concluido y aprobado el procedimiento de reforma y dará nacimiento a la más oscura y destructiva disposición legal contra el sector eléctrico de nuestro país.
Como todo parece indicar que la iniciativa de reforma a la Ley de Industria Eléctrica será aprobada por los liliputienses legisladores al servicio del emperador López, es importante mencionar las consecuencias funestas que causará esta iniciativa; en principio se otorga la primacía de producción a las desvencijadas plantas generadoras de la CFE, cuya materia prima son el carbón y los combustibles fósiles y desplaza a los particulares que están generando energías limpias; segundo, se restablece el monopolio en la generación y distribución de energía eléctrica en nuestro país; tercero y no menos importante, se prevé un incremento en las tarifas domésticas de consumo de energía eléctrica en un 18 por ciento; y cuarto, la CFE por sí sola no garantiza la generación suficiente y oportuna de energía eléctrica, por lo que los apagones serán parte de la nueva normalidad, como en Venezuela o Cuba.
Es importante resaltar que la reforma eléctrica que está por aprobarse en nuestro país es un gigantesco salto al pasado, un salto que representa regresar a la época de los años 60 y con un descomunal daño al medio ambiente, a la economía de nuestras familias y un mortal golpe a las diversas empresas instaladas en nuestro país, quienes padecerán la insuficiente y cara energía eléctrica.
Con la iniciativa del Gobierno Federal cambia el orden en las cadenas de suministro de energía, y las afectaciones serán críticas para las familias mexicanas que han o hemos invertido en infraestructura para obtener energías renovables, como pueden ser las instalaciones de los paneles solares.
En el caso de la industria mexicana, el precio del ciclo combinado se disparará de forma alarmante en afectación tanto de empresarios como industriales, sectores que ya de por sí han sido muy golpeados por el presidente López.
Es claro que la Dirección de la CFE a cargo del sátrapa de Manuel Bartlett ha sido una verdadera desgracia, pues con pandemia y sin pandemia, sus indicadores así lo demuestran, en el renglón de perdidas durante el 2018 se registraron un total de 11.21 por ciento y para el 2020 estas pérdidas se incrementaron en un 11.68 por ciento, lo que nos recuerda que a Manuel Bartlett no solo se le cayó el sistema y cómputo electoral de 1988, sino que en el 2021 puede convertirse en el sepulturero de la CFE y de la economía de los mexicanos, pues bajo su caótica administración se seguirán inyectando recursos públicos a esta agónica empresa que necesariamente deberá estar intubada permanentemente a las arcas de la SHCP.
Es verdaderamente impresionante ver y escuchar la nueva campaña del Gobierno Federal de "...Ayude un poco... aflojando un foco. Nuestras fuentes de energía no alcanzan si se malgastan. Por eso para ahorrar electricidad, ayude un poco, aflojando un poco..."
Verdaderamente inconcebible que ahora nos limiten el consumo de energía eléctrica, en lugar de dar un gran salto hacia adelante y consolidar la generación de energías más baratas y por supuesto limpias con la participación del sector privado.
Si el Gobierno no puede con la generación de energía eléctrica, como tampoco puede con la aplicación de la vacuna, pues que permita la participación legal de la iniciativa privada, pero tengo la certeza de que esto no ocurrirá, porque el pequeño López ya perdió el seso y quiere el control de absolutamente todo, aunque sea por demás evidente su torpeza para enfrentar y resolver los problemas de nuestro México.
Con esta narrativa y con esta iniciativa de reforma a la Ley que regula la generación y distribución de energía eléctrica, Manuel Bartlett pasó de ser un gran irresponsable a ser el gran salvador de nuestra industria eléctrica y todo gracias al apoyo del mesiánico líder de la 4T, que sigue su andar en sentido contrario a las manecillas del reloj.