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El ciudadano Ilustre

El ciudadano ilustre, 2016

Desde Afuera

El ciudadano ilustre, 2016

El ciudadano ilustre, 2016

DALILA RIVAS

La película es del 2016, sin embargo, hay historias que merecen ser contadas muchas veces más, sobre todo cuando la narración nos permite encontrarnos en ella e identificar similitudes con nuestro propio entorno, como la de Ítaca de Homero o el Macondo de García Márquez y por qué no, el pequeño pueblo argentino Salas de Andrés Duprat, quien por cierto ya tiene tres premios internacionales como mejor guionista.

El sentido de pertenencia es inherente al ser humano, el saberse parte de una historia en la que se originó la propia es causa y provocación de orgullo o vergüenza, alegrías o desventuras; pero por otro lado, innegable es que partimos de un punto imantado al que tarde o temprano son atraídos aquellos pesares y regocijos que nos conforman como humanos. Daniel Mantovani el protagonista de esta comedia dramática es ejemplo de ello. Un escritor consumado que desde los veinte años salió de su pueblo natal Salas rumbo a Europa en busca de su sueño. Y es ahí, en ese primer elemento de la narrativa de Duprat en el que nos encontramos también como protagónicos, simples humanos deseando alcanzar un sueño que muy pocas veces se encuentra en el estadío que vivimos, es por ello que hay a quienes ese sueño los arrastra fuera de su propio Salas, o de su Macondo o del nombre que le quiera poner. Pero no todos están dispuestos a salir, buscar y arriesgarse, ese es el otro elemento de la historia, el que aborda a los que se quedan, los que viven la cotidianidad perpetuada y defienden los usos y costumbres más arraigados, saludables o no, identidad social le llaman algunos.

Esa es justamente la tesis que nos presenta "El ciudadano Ilustre", el rechazo a la mirada externa y a la crítica ajena representada en este caso por el exitoso escritor que después de haber ganado el premio Nobel de literatura, es invitado por el mismo ayuntamiento del pueblo de Salas a recibir la más alta condecoración que la comunidad le otorga a personajes distinguidos, sin embargo después de ser festejado como un verdadero prócer nacional pasa a convertirse en el peor de los desertores, en un individuo traicionero y desdeñable.

La película es sin duda, un minucioso estudio antropológico muy cercano a nuestra realidad, plagado de situaciones que pasan de lo divertido a lo lamentable, como la bella osadía juvenil tomada como pretexto para acercarse a la grandeza de aquel que alcanzó el éxito y es ahora excitante referencia y quizás, una prometedora vereda de escape. O como el reencuentro con un amor pasado y con quien se tiene una asignatura pendiente. Y cómo no mencionar los destellos de un machismo ancestral y bien podado que se niega a desaparecer con todo y esos pueblos que lo contienen, como Salas o cualquier otro pueblo latinoamericano.

Finalmente, la crítica hacia el arte y la cultura, su significado, sus engañosos protocolos y verdaderas intenciones está también presente en las observaciones que hace sin reparo alguno Daniel Mantovani. En fin querido lector, no le quiero contar más, sea usted el propio crítico de esta interesante propuesta cinematográfica que ahora mismo la puede encontrar en la plataforma de Netflix. Y como dicen por ahí, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Le deseo como siempre, un excelente inicio de semana.

Escrito en: El ciudadano ilustre película pueblo, Salas, propio, otro

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