El distanciamiento social está afectando a nuestra salud desde el no poder tocar a los demás.
Aislarnos y tener esta carencia de contacto físico con nuestros seres queridos afecta a nuestro cerebro principalmente pues ejercemos una influencia negativa sobre nuestra capacidad de razonamiento y la memoria ya que si una persona se siente querida nuestro cerebro reaccionará de forma positiva al contrario de sentirse solo.
Algunas de las consecuencias en nuestra salud mental de no poder tocarnos son la inestabilidad emocional, las alteraciones de comportamiento, el estrés se incrementa al igual que el sufrimiento y la tristeza y terminaremos con un estrés postraumático lo que nos generaría trastornos obsesivos, fobias y síntomas depresivos y ansiosos que solamente podrías tratar con profesionales expertos.
Si nos sentimos vulnerables lo que siempre pedimos son abrazos ya que se considera que esa es la terapia del terror, nos calma el miedo, la incertidumbre y la soledad.
Es importante no dejar de decirles a nuestros seres queridos lo que sentimos por ellos, demostrarles el cariño y el amor verbalmente y adaptarnos a recibirlo de la misma manera.
Vernos tras una pantalla no es lo mismo que vernos en persona, pero no hay duda alguna que la mirada habla más que mil palabras y podemos darnos cuenta de cómo se encuentra una persona con solo observar sus ojos.
