La alegría del beisbol

Hola, compañeros y amigos de este hermoso mundo de las cuatro bases.

Es un placer estar con ustedes esta semana, en donde el rey de los deportes nos vovlió a dar una lección de respeto.

PRIMER LANZAMIENTO

Todavía no me quito el sabor de la boca de la Serie del Caribe, en donde pudimos ver excelente pelota.

En esa misma competencia tuvimos la oportunidad de ver en acción a Yadier Molina, un catcher de quien ya he hablado de sus cualidades en columnas anteriores.

La enseñanza que ahora nos dejó es que, a pesar de la juventud, los expertos siempre van a saber qué hacer.

Entremos al campo de juego.

Pues resulta que en un juego de spring training entre los Astros de Houston, por si fuera poco, y los Cardenales de San Luis se vivió una verdadera falta de respeto y por consiguiente el castigo, al instante, tal y como si se tratara de reprimenda de padre a hijo.

Corría la parte alta de la séptima entrada y con un out en la pizarra, misma que estaba 2-1 a favor de los Astros, cuando Martín "Machete" Maldonado recibió la base por bolas, a lo que decidió traer al novato José Siri, como corredor emergente y quien en Clase A se robó 46 bases.

Desde que llegó a la inicial llegó con una actitud retadora, mientras que su compañero se puso en cuenta de dos y dos.

Primero en una revira del pitcher a primera, Siri llegó quieto; en el siguiente lanzamiento, Molina lanzó a primera ya que José abrió mucho, pero alcanzó a regresar de cabeza y safe.

En ese momento el dominicano de los Astros movió la cabeza y con el dedo dijo que no, retando a Molina de que no lo pondría out.

La respuesta del puertorriqueño fue adelante: ve a segunda si te atreves.

El novato se atrevió con un cambio al centro, lo que provocó el ponche del bateador, pero Molina dio muestras de "cañón" en el brazo, así como de la mecánica para tirar a segunda, lo que puso fuera a Siri y de calle.

La actitud de Molina, lejos de festejar o restregarle el out en la cara a José, fue de ir a la caseta de inmediato, demostrando que es un gran jugador, dentro y fuera del diamante.

BATAZO PROFUNDO

Esa es la verdadera enseñanza. Cuántos de nosotros, en el lugar de Yadier, no hubiéramos gritado, cerrado el puño y hasta más.

Pero la humildad y tranquilidad de poner a un novato en su lugar y de cierta manera decirle que se habla con acciones, y no con palabras, es lo que vale la pena.

Ahí es donde los padres de familia, entrenadores y managers deben hacerles ver a los niños que la actitud de un beisbolista no son el par de guanteletas, la sombra en los pómulos, la cachucha de marca o el jersey original, sino que aquel que es compañero en su equipo, rival de honor del contrario es quien merece llamarse beisbolista y con orgullo portar el uniforme.

Quedamos en tres y dos.