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Ejercicios para la reflexión personal

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Ejercicios para la reflexión personal

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IGNACIO ESPINOSA

Una de las muchas lecciones y enseñanzas que nos ha dejado la actual contingencia sanitaria provocada por nuevo coronavirus (Covid-19), sin duda, se relaciona con la forma en que esta pandemia nos ha cambiado la vida en todos los aspectos, desde la relación con la familia, la manera de trabajar, el nuevo método para aprender desde casa en lo que respecta a nuestros hijos que aún estudian y, sobre todo, cómo este fenómeno sanitario nos ha afectado a nivel de salud y emocional, no sólo a nivel personal, sino dentro de la familia y a todos los integrantes de este núcleo social.

Y precisamente a propósito de todo lo que nos ha afectado la famosa crisis de salud, en días recientes, quienes laboramos para esta empresa editorial (El Siglo de Durango) tuvimos la invaluable oportunidad de participar en un taller relacionado con el equilibrio que debe existir entre el trabajo y la familia, de tal forma que se genere una especie de balance que nos permita ayudar a encontrar ese punto medio en el que nos podamos apoyar para salir lo menos afectados por toda una serie de factores que engloba la referida contingencia sanitaria, pues sin darnos cuenta podemos padecer alguno de sus efectos de manera negativa.

El mencionado taller, dirigido atinadamente por el Instituto Municipal de la Familia de Durango, se nos impartió en las instalaciones de nuestro medio de comunicación, en un ambiente de sana convivencia, a pesar de las bromas cotidianas que nos hacemos mutuamente con los comentarios sobre nuestro trabajo, la manera en que nos desenvolvemos, las características propias de la personalidad de cada uno así como la forma en que lidiamos con las experiencias de nuestro quehacer cotidiano que encabeza nuestro director, Jorge Alberto Pérez Arellano Romero, quien, por supuesto, nos acompañó en las actividades que se planearon con ese objetivo.

Una de las dinámicas que se implementaron en el taller se denominó "La rueda de mi vida", que consistía en un dibujo que se nos proporcionó en una hoja de máquina en la que se plasmó una especie de ruleta que se dividió en ocho partes que abarcaban los aspectos más importantes de nuestra existencia: Familia, Pareja, Trabajo, Desarrollo personal, Economía, Recreación, Amigos y Salud física y mental, a los cuales habría que dibujar con un color en una escala del 1 al 10, para asignarles un valor de acuerdo con el criterio personal de los que participamos en dicho ejercicio.

Por supuesto que se trató de una dinámica interactiva, encabezada por las psicólogas Emma Canales Sánchez y Magnolia Blanco Rivas, en la que varios de mis compañeros compartieron los resultados de su autoevaluación, pues la intención era analizar, objetivamente, en qué estado consideramos que está cada uno de esos aspectos en nuestra vida actual, para de ahí partir y estar en condiciones de hacer los cambios pertinentes para tratar de reforzar los aspectos donde se requiere, sin afectar a los demás, pues en cada caso específico las prioridades son muy diferentes, en función de la convivencia y los caracteres de los integrantes de nuestras familias.

Sin embargo, conviene precisar que la dinámica no se quedó sólo en desarrollar una autoevaluación sobre los distintos aspectos, sino que fue más allá ya que se nos solicitó que fijáramos una fecha o plazo tentativo para mejorar en los rubros que consideráramos más débiles o con una calificación más baja, con el compromiso de que se tratara de una meta real y factible de observar en los hechos una vez que se cumpliera o se llegara el tiempo que se había determinado por parte de cada uno de nosotros.

Por ejemplo, en el aspecto del desarrollo personal, hubo quien se fijó el propósito de bajar de peso, hasta unos 10 o 15 kilos, e incluso, se habló preliminarmente de algunos tres meses.

En algunos otros casos, también se comentó sobre la necesidad de trabajar en el tema de la salud mental ya que quien así lo contempló en la dinámica consideró que ese aspecto hay que reforzarlo, mientras que alguien más, como fue mi caso, incluyó al rubro de los amigos como un tema pendiente de atender, ya que generalmente cuando disponemos de algo de tiempo preferimos pasarlo con la familia en lugar de destinarlo a un amigo o amiga en especial, o incluso, a un grupo específico de amistades que forman parte de un círculo determinado que se reunía o se reúne periódicamente.

No obstante, lo más interesante de la referida dinámica consistió en que, de acuerdo con la psicóloga Emma Canales, no se puede decir que alguien esté mal por el hecho de que dedique más tiempo a la familia que a las amistades, pues si de esa forma se consigue un cierto nivel de estabilidad y armonía en la vida, es válido otorgarle ese nivel de prioridad y continuar con esa rutina cotidiana.

Este tipo de ejercicios, amable lector, son muy necesarios para analizar y reflexionar sobre cómo transcurre nuestra vida en los distintos aspectos, con el objetivo de buscar y, principalmente, encontrar el equilibrio que nos permita desarrollarnos con armonía en los entornos laboral y familiar.

Por supuesto que valió la pena haber participado en el mencionado taller, ya que nos fue muy útil para hacer un alto en el camino y evaluar la manera en que estamos interactuando con nuestro entorno y el valor que les asignamos a los distintos aspectos de nuestra existencia, dándoles su justo lugar y la importancia que merecen.

Escrito en: Padres e hijos nuestra, pues, cada, nivel

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