Nosotros

Orquídeas a la luz de los siglos

Pita Amor, la diosa que era el sol y un volcán

ORQUÍDEAS A LA LUZ DE LOS SIGLOS

Pita Amor, la diosa que era el sol y un volcán

Pita Amor, la diosa que era el sol y un volcán

DANIELO HERNÁNDEZ

"...Yo de niña fui graciosa, de adolescente llorona, en mi juventud cabrona, y en mi verano impetuosa..." ninguna definición pudo haber sido mejor que la que hizo de sí misma Guadalupe Teresa Amor Schmidtlein, más conocida como Pita Amor.

Extraordinaria poetisa de figura menuda y alma rebelde, Pita fue una artista que creció con el siglo XX mexicano.

Nació cuando se disparaban los últimos tiros del movimiento armado revolucionario y murió con los albores del recién estrenado año 2000.

Compañera de Pablo Neruda durante la época mexicana del poeta quien la llamaba "como el canto del agua cristalina que corre, te nombro franca e inmemorial, dulcísima...".

Sonetista natural, escribió con obsesión acerca del miedo, la angustia y la soledad.

El 15 de enero de 2021 se publicó Polvo, y en esta obra se aglutinó el culmen de la trayectoria artística de esta creadora que además se consideraba vanidosa, déspota, blasfema, pero que sobre todo podemos considerarla una de las máximas exponentes de la literatura mexicana.

Tía de la escritora y periodista Elena Poniatowska, fue una de las precursoras del movimiento de liberación femenina en México durante la década de los cincuenta.

Mujer sin miedo al qué dirán ni a la naturalidad de su mente y su cuerpo.

Desafiante de las costumbres y espíritus conservadores de la época.

En palabras de Elena Poniatowska, "Amor fue de escándalo en escándalo sin la menor compasión por sí misma... Pita es, al día de hoy, toda una leyenda de sorprendentes contrastes y emociones y, como ella misma indicó, está 'a la eternidad ya sentenciada'."

Desde muy joven se involucró en la vida artística de México, bien a través de una formación literaria informal en la magnífica biblioteca de su padre, o por medio de su complicidad con Diego Rivera al posar desnuda para él cuando nadie lo hacía.

Sin embargo no sería hasta los 27 años en que encontraría su vocación en la poesía escrita con un lápiz de maquillaje en una servilleta.

Tal vez el amor que Pita mostraba en sus letras se puede entender desde diversos cristales, pero también la tragedia de perder a su hijo marcó un antes y un después, un silencio que se volcó en un cambio del misticismo de sus poemas, en los temas y recuerdos que demostrarían un éxtasis de lo bello y de lo inteligente.

Por mucho tiempo Pita Amor fue la medida para el resto de las escritoras, alcanzó el esplendor, la grandeza y la gloria de la mano de sus obras publicadas en la década de los cincuenta, pero como a muchos y muchas, unos la amaban y otros la odiaban, no solo por sus aires de diva y de clasismo, sino también por su rebeldía -junto con Nahui Olin- ante la época y el estilo de vida que rompía los moldes encasilladores de la mujer de mitades del siglo XX.

De belleza enigmática y de carácter fuerte, Pita tuvo la voluntad de decidirse bonita o fea a su antojo. Insolente y arrebatada, sus climas sentimentales lograron dejar huella de su personalidad avasalladora a todos los que la conocían y convivían con ella.

Fue de más a menos con el pasar de los años y las crisis, pero su vida en conjunción con su obra literaria es por lo que se le valora y recuerda, al abrir caminos para las siguientes generaciones de mujeres escritoras latinoamericanas.

Escrito en: Orquídeas a la luz de los siglos Pita, vida, literaria, misma

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Nosotros

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas