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Zona Metropolitana e impacto ambiental

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Zona Metropolitana e impacto ambiental

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MANUEL VALENCIA CASTRO

 E L crecimiento caótico de los asentamientos humanos en los municipios de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo han ido conformando en el tiempo una gran plasta de concreto, a la que se denomina Zona Metropolitana, que aún en este momento se sigue extendiendo en diferentes direcciones y en desorden. Parece muy rigorista aplicar el término de caos, sin embargo, en su acepción más simple, este término indica desorden y confusión, lo cual es común en las diferentes zonas metropolitanas de México y de otros países.

Por lo general, la causa inicial de dicho crecimiento caótico es el crecimiento de la población, luego se adhieren otras causas como las económicas, por ejemplo. El crecimiento desordenado de la mancha urbana genera caos en la gestión hídrica y en la vialidad, así como en la gestión de otros servicios como la recolección y disposición de los desechos municipales que se generan también de forma caótica.

Entrar al ordenamiento del caos de nuestra zona metropolitana implica tener claridad en la visión de lo que esperamos obtener, por ejemplo, en el 2030. Los principales impactos ambientales de dicho crecimiento son el estrés hídrico y la contaminación del aire. El primero se pretende resolver con el proyecto de Agua Saludable para la Laguna y quien lo encabeza ahora ha comentado la intención de entrarle al problema de raíz, atendiendo la causa de la tragedia hídrica de la Comarca: la sobreexplotación de los acuíferos subterráneos por la agroindustria lechera, de manera que por lo menos esto está caminando y podría convertirse, porqué no decirlo, en el hilo para entrarle a la complejidad de ordenar la zona metropolitana.

La contaminación del aire en la zona metropolitana es muy grave, el parque vehicular ha crecido también caóticamente, uniéndose a otras fuentes como las actividades agropecuarias y las industriales de diferentes tipos. No obstante, el caos vial es hoy una de las fuentes más importantes de contaminación del aire.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), "nueve de cada diez personas en el mundo respiran aire contaminado y es la causa de siete millones de muertes al año. Aunado a eso, la contaminación es un problema agravado por la pobreza: el 97% de las ciudades de más de 100 mil habitantes situadas en países con un nivel económico bajo o medio no cumple con los niveles de emisiones establecidos por la OMS.

Además, cuando la calidad del aire que respiramos disminuye, aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer de pulmón y problemas respiratorios." Con la pandemia que actualmente vivimos por un virus que ataca las vías respiratorias altas y bajas es pertinente hacerse la siguiente pregunta ¿la mala calidad del aire que respiramos en la Comarca Lagunera es una condición de agravamiento en las personas que se contagian con el virus del covid? Por lo pronto se podría correlacionar el aumento del material particulado menor a 2.5 micras (Pm2.5), que en estas fechas parece incrementarse, con el ingreso hospitalario, pero para ello se requiere una muy buena base de datos.

En la zona metropolitana es deficiente el monitoreo de la calidad del aire, sabemos por lo que se mide en Torreón y en Gómez Palacio que el principal contaminante es el de partículas en suspensión: Pm10 y Pm2.5. estos contaminantes se encuentran en la nube grisácea que se queda sobre las ciudades por la mañana cuando debido a la inversión térmica los gases y partículas no pueden dispersarse, el techo que forma la inversión térmica por lo general se destruye a medida que el sol calienta y es cuando la nube desaparece, lo cual no significa que desaparezcan los contaminantes, aunque sí disminuye su concentración. Sin embargo, en estos días de enero por la tarde se observa otra nube de color sepia, sobre todo en aquellos lugares en donde es mayor el tráfico vrhicular. ¿Acaso el problema se ha exacerbado? Todo parece indicar que sí.

El material particulado respirable presente en la atmósfera de nuestras ciudades en forma sólida o líquida puede estar integrado por polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, polen, heces de animales y humanos, entre otros. Las partículas menores a 2.5 micras tienen efectos muy graves sobre nuestra salud debido a su capacidad de penetración en las vías respiratorias, lo cual significa que es el indicador que debemos medir con urgencia.

Si toda esta problemática se debe al transporte, lo lógico es elaborar y/o mejorar los planes de calidad del aire, medición y control de la contaminación, tecnología e innovación en acciones y proyectos de control vehicular y reducción de emisiones a la atmósfera causados por el transporte. Cada uno de estos tópicos podría darse en un intento de ordenamiento del caos que representa nuestra zona metropolitana. Seguiremos hablando de estos y otros temas en las siguientes columnas.

Escrito en: zona, crecimiento, contaminación, caos

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