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DESDE AFUERA

DISNEY-PIXAR LGBT+

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DALILA RIVAS CORONEL

El movimiento feminista ha contribuido en gran medida a cambiar la percepción de las películas catalogadas como los “clásicos” de Disney, y es que en los últimos años se han desatado una serie de criticas a la propuesta cinematográfica de dicha marca, sobre todo la relativa a las princesas, esto debido a que ahora son consideradas altamente machistas y con contenido de violencia de género; sin embargo, no debemos pasar por alto que muchos de esos contenidos fueron propuestos bajo ciertos contextos históricos es decir, sería injusto tachar de machista (que si lo es) la historia de Blancanieves, en la cual la protagonista tiene como único propósito en la vida esperar a ser salvada por un guapo, tierno y valiente príncipe, incluso así lo canta la princesa mientras limpia la casa de siete hombres desconocidos y les hace de comer: "Un día encantador mi príncipe vendrá y dichosa en sus brazos iré (...) Por fin mi sueño se realizará".

La historia de Cenicienta es otro ejemplo perfecto. ¿Por qué dio el braguetazo con un príncipe? Muy sencillo: dedicó su vida a limpiar, a cocinar, a estar callada sin rechistar y a hacerse amiga de pajaritos y ratones mientras era violentada por otras mujeres que deseaban al mismo príncipe (habiendo tantos en el reino). De esta manera consiguió el máximo objetivo que podía tener una mujer: casarse con un hombre. Y así como Blancanieves, la tiznada Cenicienta canta cada mañana: "por mucho que ahora sufra el alma, si no pierdes la calma podrás encontrar el amor". Aunque no debemos olvidar que el cuento de Blancanieves está a punto de alcanzar los 100 años y el de Cenicienta 75.

Y aunque hay películas más recientes como La Bella y La Bestia o La Sirenita con temáticas igualmente machistas, la realidad es que ya casi nadie las toma en serio salvo de manera fantasiosa. Frozen y Valiente por su parte, se convirtieron desde el 2012 en las nuevas historias que Disney en alianza con Pixar comenzaron a ofrecer a las nuevas audiencias, en ellas se incluyeron personajes más apegados a la realidad actual, es decir más diversos, dinámicos y aspiracionistas. Es el caso de Mérida (Valiente 2012), una chica de 16 años valiente, atrevida, aventurera e independiente que, teniendo en cuenta el rol de la mujer en la época en la que se desarrolla la película, es vista como una rebelde que desafía las tradiciones de su gente, se enfrenta al destino que se le impone y lucha por seguir su propio camino. 

Lo que es un hecho, es que estas películas fueron el preámbulo del bombazo que el pasado 16 de junio lanzó Disney-Pixar en Latinoamérica, sobre todo para los grupos conservadores y defensores del hetero-patriarcado mundial, me refiero a Lightyear. Las historias ya no solo son acerca de niñas o adolescentes rebeldes que se enfrentan a la vida en busca de sus derechos y libertad, la historia (secundaria) que nos presentó la firma DP es acerca de dos jóvenes que rechazan al guapo, tierno y valiente príncipe para formar entre ellas una familia homo-parental y hetero-racial, algo bastante “in” por decir lo menos, pero también bastante incómodo, molesto y hasta impositivo para los grupos pro-familia (sus familias solamente), quienes dejaron de lado la historia de Buzz para centrarse en un beso entre dos mujeres. Y aunque la película no ha sido el éxito esperado en taquillas según los expertos, si ha sido por el contrario el gran acierto para la comunidad LGBT+ sobre todo después de las declaraciones que hiciera la productora de la cinta Galyn Susman, quien a propósito de la petición de China de suprimir la escena del escandaloso beso manifestó: “Sé que recibimos solicitudes para cortar cosas. Disney no modificará el material, no cortaremos nada, especialmente algo tan importante como la relación amorosa e inspiradora”. Lo anterior a provocado júbilo, alegría y esperanza para la comunidad, ya que este tipo de acciones aportan en la visibilidad de la diversidad sexual y de paso a los derechos humanos de las personas.

Por muchos años, niñas y jóvenes han consumido machismo, discriminación y violencia de género a través del cine y nadie ha protestado, ni se han quejado como ahora lo hacen por un beso de 0.7 segundos. Dejemos de ser esa sociedad falsa e hipócrita que no quiere ver más allá de sus realidades tan personales; el respeto a la diversidad sexual es una exigencia legítima y de ninguna manera es una imposición, es una libertad a la que todos tenemos derecho. Mejor le invito a que disfrute de unas calientitas y aromáticas palomitas viendo Lightyear o lo que mejor guste.

Le deseo una semana llena de alegría y por supuesto, llena de colores.

Escrito en: Desde afuera historia, Cenicienta, manera, películas

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