Muere mujer; cayó a precipicio
Una mujer de 23 años de edad, originaria del puerto de Mazatlán, Sinaloa, murió al caer al fondo de un precipicio en el municipio de San Dimas. Las autoridades investigan a su esposo dado que, pese a ser testigo del hecho, tardó más de un día en reportar el hecho a las autoridades.
De acuerdo a versiones iniciales, Yanizeth Salazar Peña, de 23 años de edad, iba a bordo de un vehículo con su esposo Norberto rumbo al poblado San Luis Villa Corona, del municipio de San Dimas. Ambos procedían a la colonia Hogar del Pescador del puerto sinaloense.
En el camino, según declararía después el varón, sostuvieron una discusión que propició que ella bajara corriendo de la unidad, lo que derivó en la caída que le quitó la vida. El voladero en el que murió, según el informe, tiene unos 400 metros de profundidad.
Eso sucedió, según las investigaciones, desde el pasado sábado en una zona agreste de la citada demarcación serrana.
Sin embargo Norberto no dio aviso a las autoridades de manera inmediata, situación que resultó sospechosa para los agentes, que además de acudir para recuperar los restos de la víctima, tomaron la decisión de detener a Norberto.
Tanto Yanizeth como su victimario fueron trasladados a la ciudad de Durango en una aeronave, misma que arribó este mediodía al aeropuerto internacional Guadalupe Victoria.
Otra víctima del ferrocarril
La madrugada de este martes se registró la muerte de una persona del sexo masculino que fue arrollada por el tren en la colonia Doroteo Arango del municipio de Gómez Palacio, el cuerpo presentaba la amputación la pierna izquierda.
Fue cerca de las 3:50 de la mañana cuando fue localizado el cuerpo de la víctima en el cruce de las calles Martín Unzueta y Venus de dicho sector habitacional.
Fueron vecinos de la zona quienes se percataron de la presencia de un hombre sobre las vías, el cual permanecía inmóvil. Se trata de un joven de aproximadamente 20 años de edad, el cual vestía una playera color azul, pantalón de mezclilla azul, cinto y tenis de color blanco.
Entre sus pertenencias le fue encontrada una credencial de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas a nombre de Arnulfo Pérez Hernández, la cual no contaba con la edad y domicilio del usuario.