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Suicidio: de la estadística a la intervención psicológica

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Suicidio: de la estadística a la intervención psicológica

VÍCTOR HUGO CASTAÑEDA

Tratándose del suicidio (grave problema de salud mental pública), urge pasar de la trillada estadística y de la difusión de mensajes cargados de frivolidad y de intrascendencia cacofónica, como el de afirmar que el suicido es causa de la "depresión", sin identificar la conceptualización y las causas de la misma y no proponer absolutamente nada.

Si bien es cierto, en Durango ya es causa de alarma estar en el top ten de las entidades federativas con mayor número de suicidios, (Durango, en el año que corre, va en el suicidio numero 70), por lo menos sobre los que se tiene conocimiento, porque es evidente que otros se ocultan por razones religiosas y de estigmatización social y con la "conveniente" intervención del Ministerio Público, podrá suavizarse o matizarse la causa de la muerte del occiso en el acta de defunción.

Si ya tenemos la estadística, es urgente que los Institutos de Salud Mental Estatal, Municipal, las clínicas especializadas en enfermedades mentales, así como los institutos de investigación y la propia Universidad Juárez del Estado de Durango, pasen de la simple y escandalosa estadística (delirio de algunos medios de comunicación) a la auténtica prevención (muy complicada pero factible), a la generación de políticas públicas de salud mental que permitan una aproximación a la identificación de los perfiles psicológicos de los potenciales suicidas y de aquellos que ya consumaron el acto.

Debemos de ocuparnos, menos de los fanfarrones que, bajo el influjo de alguna substancia toxica, se trepan a un puente y anuncian "urbi et orbi", a través de los medios de comunicación y de las redes sociales, quienes nos deleitan de todos los detalles y registran los gritos de los de a favor y en contra de que se lance o no (por mí que se lance por fantoche) y ocuparnos más de los silenciosos, de esos jóvenes o adultos, hombres o mujeres que muestran claros síntomas de intención suicida.

Debemos ocuparnos más de la investigación y llegar a la elaboración de la psicobiografía (en Psicología es el estudio de caso, es una técnica de recopilación e indagación profunda de información de una sola persona, viva o muerta, se caracteriza por buscar aspectos que influyen o influyeron en la personalidad o comportamientos del individuo, así como para revelar sus pensamientos, sentimientos, deseos y acciones), partiendo en principio de la forma en que se ejecuta el suicidio; pues no es lo mismo el que se suicida en la placidez de su recámara con un cocktail de pastillas, que volarse la tapa de los sesos en la propia recamara o ahorcarse en el centro de la sala de la casa de los padres.

No podemos olvidar que la forma y las herramientas que se utilizaron para el suicidio, comunican, gritan, reclaman y castigan a los que se quedan, obligándolos a limpiar la escena de la "inmolación".

Por ello considero urgente empezar a elaborar la psicobiografía de las personas que se suicidaron en los últimos 3 años (solo en el Estado de Durango) y estos significa tener claridad no solo del nombre, domicilio, edad, sexo y orientación sexual, sino de otros elementos que nos pueden dibujar el perfil psicológico, parámetro, tipo de personalidad, conducta, hábitos y clima familiar.

La elaboración de esta psicobiografía, ciertamente debe contener los datos generales del inmolado, pero además debe agregarse la historia clínica que entre otras cosas nos debe de indicar; ocupación, enfermedades pre existentes, nivel socio económico, tipo de familia (si la hubiera), condiciones de vida (casa familiar, albergue, refugio, etc.), ingesta etílica, consumo y grado de dependencia a algún tipo de droga, relaciones familiares, para con el padre, la madre, los hermanos, la esposa, los hijos, relaciones sociales, relaciones conyugales, relaciones afectivas de noviazgo, de pareja, de amistad e intentar aproximarnos al factor desencadenante que llevo a la acción de la inmolación.

Es cacofónico afirmar que el suicidio es causa de una "depresión", es como esas clásicas expresiones de; "súbete para arriba y salte para afuera", es necesario encontrar el suceso que desencadenó esa depresión; esa depresión que fue de la simple hasta llegar a una depresión severa, seguir el camino para identificar los cambios de conducta y analizar el momento, la hora, el día, el lugar y fundamentalmente "el método" que se utilizó para quitarse la vida.

Sin duda el mal de nuestros tiempos lo es la depresión y la ansiedad, efectos de una sociedad vacua, consumistas, hedonista, deshumanizada, monetizada y profundamente frívola que nos lleva al "tedio vitae", la falta de sentido, de significado y de amor a nuestra propia existencia y que debe analizarse a la luz de la sociología y de la psicología.

Es obvio concluir, afirmando que el suicidio es un problema de salud mental pública y que el Estado en todos sus niveles, debe intervenir a la brevedad, antes de que presenciemos la decadencia de la moral y caigamos en lo deprimente que no es otra cosa que lo inmoral.

Escrito en: Bajo Palabra debe, relaciones, causa, suicidio

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