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ARMANDO FUENTES AGUIRRE

ARMANDO FUENTES AGUIRRE

La novia del marino encendió una lámpara en la ventana de su casa para guiar al hombre amado en su travesía nocturna.

Vino la tempestad, y el viento apagó la tenuel luz. Todas las lámparas del puerto se apagaron con el furor de la tormenta. La muchacha, entonces, se puso en la ventana con el corazón lleno de angustia. Sus ojos, agrandados por el amor, trataban de ver en la sombría inmensidad.

Muchos marinos perecieron aquella noche. Sin una luz que les mostrara la segura orilla estrellaron sus barcas en las rocas. El novio de la muchacha, en cambio, llegó con bien al caserío.

-¿Cómo pudiste hallar el puerto? -le preguntaba ella abrazándolo en éxtasis de felicidad-. La lámpara que encendí en la ventana se apagó.

-¿Se apagó? -dijo asombrado el marinero mirando los ojos de su amada-. En tu ventana vi dos lámparas.

¡Hasta mañana!...

Escrito en: Mirador ventana, lámpara, muchacha,, novia

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