Cual poeta zalamero, Héctor Sanabria se remonta al tiempo... “volver... con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien”.
“Sentir... que es un soplo la vida, que 20 años no es nada, que febril la mirada, errante en las sombras, te busca y te nombra”, pregona la letra inmortalizada por el triste canto del Rey del Tango, Carlos Gardel.
Así, con esa sien plateada y de escaso cabello, “El Capi” Sanabria retrocede 20 años y aterriza en Ciudad Universitaria, cuando Pumas dominaba el mercado canterano y, pródiga de mexicanos, disputaba el título en 1987-88 contra el dominante América de los años 80.
“En ese entonces estaban Abraham Nava, Miguel España, Luis Flores, Germán Tello, Luis García... Sí, éramos puros mexicanos”, confirma, orgulloso, el otrora estratega de esos auriazules subcampeones.
“Pumas siempre ha trabajado en sus cimientos. No eran jóvenes promesas, porque ya estaban trabajados y escogidos. Hubo, así, un Abraham Nava, quien fue seleccionado nacional, un Adolfo Ríos, quien se trajo de un equipo que estaba abandonado; y es que había escouteo, y el trabajo rindió frutos”, rememora Sanabria.
Dos refuerzos. Amable, relajado, como no era posible estarlo en aquel año, “El Capi” mantiene intacta la memoria, como si aún estuviera a cargo de la dirección técnica felina. “Yo no terminé como campeón, pero después Miguel (Mejía Barón) lo hizo casi con ese mismo equipo (1990-91), nada más con las incursiones de (el chileno) Juan Carlos Vera y (el brasileño) Tuca Ferretti”, esclarece.
De estirpe universitaria, Sanabria promueve la paciencia en torno de las nuevas generaciones. Después de todo, “yo salí de la cantera, Hugo (Sánchez), Germán Tello, Luis Flores llegó a Pumas y García Aspe, creo que fue el único que vino del Asturiano. Siempre estaba latente escoger talentos”.
Por eso, hoy que se habla de “mexicanización” en Pumas, deja asomar alguna lágrima.
“Indudablemente fue una época donde se había trabajado bien en Pumas, como se sigue haciendo, pero en la que había que detectar gente con cualidades, sobre todo en el área de definición, en la que se necesita rapidez, eficiencia, conclusión, personalidad. Por eso digo que como que falta paciencia para mantener a un centro delantero mexicano”.
Complicado. Adicto a la formación de talento, el estratega subcampeón en 1987-88, vaticina un torneo difícil para Pumas, mas atreve: “hay cantera y hay que arriesgarse, como siempre lo ha hecho Pumas; de lo contrario no hubieran salido los Enrique Borja, los García Aspe, los Memo Vázquez o los Olaf Heredia. El tiempo te apura y los puntos te reclaman, pero Pumas va a salir adelante como siempre. Puede ser que nos cueste un poquito de trabajo, pero hay buena estructura y un sólido trabajo a nivel de formación”.
Y así, como Sanabria, “sentir... que 20 años no es nada...”.